*Yo, un joven cincuentón.
*Tú, lector casual que te metes en mi vida con o sin interés.
*Ellos, los lectores previos que me siguen a todas partes y
me insultan diciéndome viejo verde y otras impertinencias.
*Lulú, mi hija.
*María Luisa, la eterna putonga que me puso los cuernos.
*Segundo narrador.
UNO, DOS, TRES… ACCIÓN
Sube el telón…
HEY, DÓNDE ESTAMOS VIEJO VERDE… (DICEN ELLOS)
(respondo) En la
entrada de un restaurante clasemediero¹, mis amados lectores, entre la penúltima
morada del escritor: Enrique Laguerre: Condesa del Mar, Isla Verde y el
falansterio muñocista², mejor conocido como el caserío Luis Llorens Torres.
Y QUÉ CARAJOS PASA…
Una jovencita, coqueta y guapa se acerca. Era de Ocean Park
o de alguna de esas urbanizaciones anti ecologistas que diseñaron unos cabrones
ingenieros hace décadas, encima de la arena, pa’ que los de abajo no tuvieran
acceso al mar. Hay que ser bien cabrón pa’ sembrar cemento en la orilla de la
playa y dímelo a mí que trabajo en esa empresa, que se dedica a la siembra de
cemento y que algún letrado mal nacido le puso como eufemismo: La industria de
la construcción.
Y QUÉ PUÑETA NOS IMPORTA ESO…
Me fui, perdonen, es
que soy un narrador polidiegético3, esa se la robe un pana mío que habla mucha
mierda, y es una excusa fina pa’ decirte que cuento mi historia como me salga
de los cojones, guevos, testículos y todo vocablo que aluda suciamente al área
genital masculina. Pero ya me recompuse, y no quiero ser soez, ¿dónde estaba?
Sí… en el bizcochito rubio, wowo, perdón, en la mozuela de cabellos dorados y
rizos a mitad de espalda y el andar compasado que “sólo”4 una hembrota5
caribeña suele tener. Con ese remeneo de nalgas de quien fuera toda una yal6,
adicta al perreo7 en la escuela superior y al llegar a la Universidad se volvió
surferita8…
Y QUE TE DIJO LA CABRONA…
-( la jovencita) Hola señor, me permite hacerle unas cuantas
preguntas.
SE TE DIO VIEJO VERDE, CÓMO FUE ESO…
Me hablo con un tono de voz suave, agradable. Sabía que me
haría una encuesta, por el panfletico que tenía en la mano, pero no tenía idea
de qué carajos sería. Tenía la esperanza de que no trabajara en el Walmart de
Santurce o en Direct TV porque no sé nada de productos del hogar o canales de
televisión. ¡Ojalá y sea una encuesta de licores y al final me regalen una
botella de ron caña!
MERA BORRACHÓN, HIJO DE PUTA, MAL PARIO, ATIENDE LA MUCHACHA…
-(la chica me dice) Señor disculpe, estoy acá, lo noto
espaciado.
-(contesté) Es que no he comido en todo el día y se me va la
cabeza.
EMBUSTERO CHARTALÁN, SE TE VE LA PINTA…
(introspección) Sabía que mis días de galante habían quedado
atrás y mi cabeza calva con la combinación de canas en la barba no me ayudarían
mucho, así que disimulé mi andropausia y puse voz paternal en lo que descubría
que quería la muchacha.
-(ella vuelve) Soy
estudiante de cuarto año de la facultad de Ciencias Sociales, con concentración
en sociología. Estoy haciendo un estudio poblacional acerca de las ventajas de
la generación del “80” sobre la contemporánea y usted parece encajar. ¿Qué edad
tiene?
CUENTALE PERRO, Y NO MIENTAS CEBÚ DEL DEMONIO…
Ya empezamos mal, este pollito me acaba de decir viejo. Y
qué puñeta es sociología. En mi vida había escuchado una carrera con ese
nombre, debe ser sicología. Tanto perreo le atrofió el cerebro y la muy morona
no sabe ni lo que estudia. Si no fuera por lo buena que está la nena, hubiera
seguido caminando, pero desde que quedé soltero hace 15 años, siempre pienso en
pasarle con una mamisonga por el lado a mi ex mujer. Esa perra se me fue con un
arquitecto y me hizo pasarle pensión durante 14 años y pa’ colmo le hablaba mal
de mí a la nena. Apenas Lulú tenía seis añitos con catorce días y medio, cuando
me las pegó. En la hora del almuerzo, con su jefe, lo investigué todo… Cuando
la manecilla del reloj marcó las 12:15pm,
me puso los cuernos, los cachos, me hizo un buen cabrón de la vida y
todo le salió bien. Puta, maldita, ¡algún día pagarás!…
CÁLLATE PENDEJO, QUE ESE LLORIQUEO YA ABURRES BUEN CABRÓN, FÍJATE EN EL BIZCOCHITO PEN-DE-JOOOOO…
-(Ella regresa) Perdone señor, es que no entiendo su
murmuro.
-Cincuenta y tres, tengo cincuenta y tres mi niña.
(interrumpe la narrativa para hablarle a Ellos) Bueno ya, ¡basta! Que esta nena no
llega a los veinticinco años, podría ser mi hija y a todas estas yo no soy
Julián Gil, esta pancita de cervecero me ha costado muchas tardes en la
tiendita de la loma en Vista Hermosa.
BOBOLÓN, CUERNÚ, CALLATE LA BOCA Y ATIENDE A LA NENA…
-(la mozuela pregunta) ¿Cuánto más o menos gana al año?
(hablándote a Ti, Lector(@)) Mi cara palideció, me puse
jincho pa’ que entiendas coño, esa pregunta nunca se le hace a un hombre, cuánto
gano, que mal parida es verdad. Que poca educación tiene la gregaria esta. Es como preguntarle a una mujer cuanto pesa o
la edad que tiene. O si tiene celulitis debajo de los mahones apretados, que le
“ajorquetan” las nalgas. Hay preguntas que uno nunca debe de hacer y a un
cincuentón como yo, cuánto gana, es una de ellas. Por suerte no me vio llegar
en mi “Biuik Rigal” del 88. Di qué trabajará en el Departamento de Hacienda.
Las jovencitas no hacen mas que pasar de los veinte y ya anda cogiendo malas
mañas de las mujeres mayores. Si ella es una nena, cuando yo estudiaba en el
Liceo, todo era perfecto, le pedía diez pesos a papi y mami, capeaba un cono de
marihuana, sí… porque la marihuana antes se vendía en conitos de agua y era
yerba de verdad. Con eso me daba pa’ fumar to’ el día y con los otros cinco
pesos me jartaba como un lechón en noviembre. Aquí donde me ves, vengo de una
familia acomodada, lo que pasa que yo era vago…
ESTÁS ABURRIENDO AL LECTOR, MOJÓN DE LETRINA, PESTE
AMBULANTE…
-¿yyyyyyy? (con cara de estúpida continúa la muchacha)
-(sigo mi conversación con ella) Gano poco, como cien mil al
año, tú sabes, como están las cosas en Puerto Rico mi salario ha ido
disminuyendo.
(vuelvo a hablarle a Lector) ¿Se lo habrá creído? Gano menos
de una cuarta parte de ese monto. Pero hoy es domingo y ando bien vestido,
porque fui a misa y más hoy, que fue el bautizo de mi sobrina. Una cabrona
encuesta de cuanto gano en mi peor momento…
-¿A qué se dedica? (pregunta insistente de ella)
-Soy ingeniero civil. Contratista en realidad, hago proyectos
de gran envergadura para el Gobierno. Jo,jo.
Que risa más pendeja, no me debí haber reído así, pero así
se ríe mi jefe que es ingeniero de verdad,
supongo que en el Colegio de Mayagüez le enseñan a reírse también. Yo soy
delineante y los delineantes no nos reímos… Saben… se ve sexy, con esos
pantalones cortos y esas nalguitas “paraditas”, de seguro que esta en el equipo
de volleybol de la YUPI. ¿Y ese rubio? Esperen un momento, le noto la raíz
negra, ja, creo que es una rubia de Walgreens, pero le queda bien. A su edad, todo le quedará bien y siempre
será graciosa. Porque, como diría Ruben Darío, la juventud es un divino tesoro,
o algo así siempre repetía mi madre que es una santa, no como la puta con la
que me casé y me hizo cebú, toro, cabronauta y to’ el mundazo lo sabe. ¡Puñetaaaaaaa!
Me las vas a pagar María Elena Gutiérrez Motañez… por perra, maldita hijue…
SI NO ATIENDES LA ENTREVISTA DE LA CHICA EL LECTOR SE TE VA, ES MÁS, PAL CARAJO, NOSOTRO NOS VAMOS PRIMERO, ADIÓS…
-¿Es usted militante del Partido Popular? (continúa la
entrevista de la chica)
-Sí… claro, ¡fuego popular!
-¿Ha sido del Partido Nuevo Progresista?
-También, ¡Qué viva la palma! ¡La estadidad jíbara!
-¿Ha sido Independentista?
-También, ¡Patria o muerte, venceremos! ¡Fuera la marina de
Vieques! ¡Malditos yankees go home!
-oh jiji
Se río, le caí bien, ahora todo es cuestión de no dañar el
momento. Estas muchachas siempre son independentistas cuando están en la YUPI y
después cuando se gradúan y salen a buscar trabajo, son del partido de turno.
¡Así es esto!
-¿Se considera caucásico?
-También (una vez trabajé en el censo y la gente que tenía
chavos siempre decía que era caucásica, blanca. Bueno, si Emeterio Betances era
oficialmente blanco, porque yo que soy jinchón y con el pelo casi bueno, no
puedo serlo.
-¿Se considera negro?
-oh también (cuando una mujer te pregunta si te consideras
negro, es una pregunta kinky. En arroz y habichuelas quiere saber el tamaño de
tu pene. ¡Me salió calientita la nena! Me pegué en la loto)
-¿Se considera asiático?
-También (¿Por qué carajos me pregunta si soy asiático?
Acaso, tengo cara de que vendo arroz chino, no debe ser por la pija, porque la
pregunta de la pija fue la anterior. Esto de entender a las mujeres es una
pendejá. ¿Asiático? De seguro es para saber si soy inteligente.)
-¿Se considera indio?
-También (Aquí nadie es indio, pero cuando levantó el
bolígrafo pude notar el tatuaje de coquí taíno en su muñeca.)
… Bueno y ahora porque guarda silencio, tengo hambre y
quiero saber si tengo “break” de follármela o no. Y ella actúa como si tuviera
todo el tiempo del mundo. Me dará su teléfono o al menos su email pa’ agregarla
en el Facebook y ligarme las fotos semidesnudas que se tiran las muchachas
frente al espejo o los “selfi” donde siempre se apretan las tetas y esconden la
barriga. Vamos di algo nena. Que quiero terminar con esto. Bueno ya no aguanto.
Vuelvo a mi tono paternar y a mi risa de ingeniero civil:
-¿Se te acabaron las preguntas? Jojojojo
-No… es que no me cuadran sus respuestas, me confunden y no
me parecen lógicas para efectos de la encuesta.
Lógica, qué carajos sabe de lógica una estudiante di que
sociológica. Protestar nena es lo que sabes, porque jipis de sociales lo que
hacen es protestar, en esa Universidad casi ni se estudia, lo que hacen es
hacer huelga pa’ follarse los unos a los otros en casetitas de campaña que
meten en el campus. ¡Lo del 2010 fue una charlatanería! Bueno vamos al grano
que me suenan las tripas… A ver que le digo:
-Bueno y por qué yo no le hago las preguntas a usted
señorita.
(instrocpectivo) Me miró con cara de asombro, verdad que no
te gusta condená… ahora yo tengo la batuta, a ver que se siente eh…
-Ok dígame, ¿qué quiere saber?
-Ajá, qué edad tienes
-Veinticuatro pa’ veinticinco.
(hablando para mi mismo) Veinticuatro pa’ veinticinco y está
en cuarto año de licenciatura, lo ven que es morona, ya lo digo si en esa
Universidad lo que hacen es fumar marihuana y hacer huelga. ¡Maldita IUPI! Lo
único bueno que tiene es el Ocho de Blanco y que casi todo lo que estudian ahí
son muchachas buenotas, por lo demás es una mierda.
-¿A qué te dedicas?
-Estudiante…
Daaaaaaaaa… estúpida, de cuando acá estudiar es un oficio.
-Oh, estudiante, porque no lo supuse antes.
-Bueno señor a qué quiere llegar con esta conversación.
Ahora sí, que se joda, me tiro de pecho y veo que pasa. Al
menos no sigo pasando hambre.
-¿Me das tu teléfono?
- ¿Perdón?
Mierda, la cagué, a ver como la arreglo.
-Que si me puedes dar tu Facebook para que continúes con tus
entrevistas y así hacemos una bonita amistad. Sólo una amistad, porque te veo
como a mi hija.
-Bueno sí, pero primero hay algo que debe saber.
Qué y ahora qué le
pasa a esta.
-¿Eres casada?
-No
-¿Tienes novio?
-No
-¿Eres virgen?
- ¡Por Dios no!
Qué problema tendrá entonces.
-¿Tienes sida?
-No
-¿Alguna enfermedad venérea?
-No
-¿No eres lo que lo que yo pienso que eres?
-Sí… eso.
-¿Eres homosexual?
-También
Mierda, nunca le pego una, estoy salao… por culpa del brujo
de la maldita María Elena Gutiérrez Montañez. Gamberra aberrante, me haz hecho
maldito. Te odio María Elena. ¡TE ODIO! Aunque esperen un momento…
-¿Eres hombre?
-También
¡Mierda! Me salió estándar, pero como dice un pana del
barrio: “después de los cincuenta, un macho al año no hace daño”
-Ok amiguito o amiguita como prefieras que te llame. No me
importa lo que seas, lo único que me importa es que la gente que me conoce no
se entere.
-Ok
-Te invito a almorzar…
-Seguro.
Y así después de media hora, el delineante que decía ser
ingeniero civil y el travesti que tenía como oficio: ser un trabajador sexual y
decía ser estudiante de sociología, entraron al restaurante y se “jampearon”
una rica tripleta.
Un segundo narrador toma el discurso y continúa con el
relato.
Semanas después María Elena estaba separada de su marido
impotente y llamando a nuestro delineante para saber como lo trataba la vida.
El delineante después de casi dos décadas, pudo decir lo que tanto había
esperado:
“María Elena, esta conversación es innecesaria, estoy
saliendo con una chica de 24 años”
Moraleja: “Lo importante no es lo que seamos en realidad,
sino lo que aparentemos ser y que la gente se lo crea…”
Glosario
Clasemediero: Esta palabra se la escuche por primera vez al
escritor Luis Rafael Sánchez, me gustó y la adopté.
Falasterio muñocista: Se la robe a Edgardo Rodríguez Juliá,
del Entierro de Cortijo.
Polidiegético: Viene de diégesis, es una polidiegético es un
narrador que adopta diferentes perspectivas y posiciones en el relato.
Sólo: ya no se acentúa según la última revisión de la RAE
Hembrota: Es un superlativo machista para referirse a mujer
dotada de cualidades fenotípicas.
Yal: pregúntale a un boricua a ver que te dice, todavía no
se define por completo.
Perreo: baile calenturiento que tuvo su auge al final de los
noventa.
Surferita: Que practica el “surf” o lo aparenta.
Autor: José Israel Negrón Cruz
Escrito verano del dos mil catorcertarios:
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