que no te amo porque a escucharte me presto,
te trato bien solo por serte amable.
Para mí…
la persona que ignora los sentimientos de una mujer es
alguien indeseable.
Dicen que el tiempo cambia todo,
pero tú sigues en tu afán de hacerme presa a tu modo.
Lo nuestro en mi álbum del olvido permanece,
no fue amor, por eso perece.
Piensas que te amo por haberte hecho mía,
Te recuerdo algo sobre aquellos días:
tú eras la niña que todos deseaban,
yo era el niño que a tener las mejores pieles se
aferraba.
El día que tuve la suerte de conocerte,
no pude contenerme y ese mismo día tuve que tenerte.
En aquel tiempo fuimos dos zorros pendientes al “cure-time”¹
Yo era el niño curioso,
de tu piel ambicioso,
tú eras la niña
experimentada,
la que ya había vivido todo para aquella temporada,
la modelito deseaba por todos los hombres.
Todos saben quien eres, no hace falta tu nombre.
Pero todo ha cambiado,
en aquel momento tenía trece
y ahora quince,
he “madurado”.
He aprendido
que no se ama por las apariencias sino por el corazón.
Y aunque nunca comprenderás eso, sé que tengo la razón.
Por mi parte ya no te considero la súper modelo
y aunque tu lengua dice que te sobran fanáticos,
para mí lo único que te queda lindo es el pelo.
Entiende;
el que te haya perdonado todo lo que que me haz hecho
,
no quiere decir que te ame sino que soy cortés,
pero nunca olvidado a la misma vez.
Espero que entiendas que tu oferta
en el presente la tengo en abundancia,
malinterpretes esto como arrogancia,
si te hice mía fue por ignorancia.
Quizás algún día logres comprender
que el amor tiene dos caras
y opciones de
perder.
Estas últimas letras son un mensaje y a vez un consejo:
“zorra no caza cazador, sino consejo” .
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