Amor mío, cómo
estás, espero que bien. Verdaderamente no he hecho mucho que digamos. Estoy dedicándome
a los estudios, no es que sea un “nerdo” pero hago lo que puedo. En mi vida
amorosa no hay nadie que ocupe tu lugar. Después de tu partida, solamente he
estado con una muchacha y fue cuestión de un día, no sentimos nada el uno por
el otro. Ella está muy ocupada con sus estudios universitarios y yo con los de
la escuela. No hay sentimientos, no hay química. Por aquí no hay nadie que valga
la pena, ni en la escuela, ni las vecinas de la calle. Puedes estar segura que
soy sincero en mi confesión. Espero que no te molestes por lo de la muchacha
con la que pasé un día… Creo que la sinceridad es un factor importante entre tú
y yo. Quizás hayas tenido jevitos o tengas un novio con el que compartes.
Francamente me lo puedes decir, no me voy a molestar. Al contrario, me alegraría
porque eres feliz. También quiero que estés consiente de cumpliste tu promesa y me mandaste la foto. ¡
Me gustó mucho! “Thank you” . Si me vas a mandar la otra, un placer para mí.
Por otra parte, a tu socia no la paso, ni la pienso pasar, sinceramente traté y
no puedo, la odio. A Kike y Suset los quiero un montón, como si fueran mis
hermanitos, aun paso mucho tiempo con ellos, realmente me encantan los niños. Me
siento triste y alegre por lo nuestro. Triste porque no puedo tenerte cerca.
Alegre porque aun no te he perdido. ¡ Te extraño! Espero que me sigas
escribiendo, quiero seguir en contacto contigo.
Autor: José Israel
Negrón Cruz
Escrito el 8 de
septiembre de 1999
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