¿Saben? He recibido llamadas, e-mail,
inbox, insultos y agradecimientos por mi postura en cuanto a la intromisión del personaje de Santa Clos dentro
de la cultura puertorriqueña. Nunca pensé que un tema tan cotidiano, levantara
tantas pasiones. La emotividad ha brotado de una manera irracional, que ha
traído una oleada de sentimientos inesperados. A tales efectos entendí que era
menester explicar mi posición de manera sosegada, sin la exaltación momentánea
que ha caracterizado debates anteriores en diversos foros.
Lo primero que debemos entender y
aceptar como hispanos primeros y puertorriqueños segundo es que Santa Clos es
una moda, algo que ha tomado gran auge en décadas recientes en el Archipiélago
de Puerto Rico y en otros países hispanos. Es un fenómeno que se da mayormente
en los hispanos que están fuera de la nación norteamericana, y si no me
corrigen, ya que los hispanos, una buena parte de ellos no celebran esta moda,
sino que se acogen a la tradición del Día de Reyes. Los seres humanos, somos
seres de imitación, sobretodo los que buscan una identidad asimilista. Santa
Clos para nada representa o forma parte de las tradiciones autóctonas de los
hispanos, por ende de los puertorriqueños. La sociedad puertorriqueña, a diferencia
de la norteamericana se construyó con una base teológica de carácter católico,
esto como producto de la colonización española que trajo consigo esta religión.
Basado en esta construcción religiosa, el 25 de diciembre representa el
nacimiento del niño Jesús. Es por esta razón un día conmemorativo en Puerto
Rico, no es el día de Santa Clos, sino como ya dije el del nacimiento de Jesús.
¿Cuál es el problema con Santa Clos?
Existen muchos problemas con Santa Clos,
en ciertos países europeos lo han tildado de ser un constructo racista, por
tener siempre facciones caucásicas. ¡Santa Clos nunca será negro! Pero nuestro
racismo disimulado, lo acepta sin mucho miramiento como blanco. ¡Tiene que ser
blanco! Aparte del carácter racista del constructo de Santa Clos, que realmente
ha tenido más quejas en Europa que en América. Tenemos el problema de la fecha.
El conquistador construye de manera muy hábil imposiciones culturales. Y
aprovechando la conmemoración del nacimiento de Jesucristo dentro de los
pueblos católicos, le inserta el día de Santa Clos. Mi opinión personal, en
cuanto al día seleccionado es que simplemente los pueblos colonizados deben
adaptarse al colonizador. Y ya tenían este día establecido, así que el proceso
natural del asimilismo haría lo propio. ¿Qué sucede? Hemos desplazado una
tradición religiosa-cultural autóctona (el nacimiento de Cristo) por un
constructo del mercado norteamericano. Ya los niños no esperan el nacimiento de
Jesús; esperan regalos. El regalo se ha vuelto más importante que la fe y el
amor y para esto basta ver las imágenes de algunos viernes negros de años
pasados.
De San Nicolás a Santa Claus
Los santos son personas dignas de
emular, que con su ejemplo y sacrificio de vida nos han dejado un legado, este
fue el caso de San Nicolás o Nicolás de Bari, quien vivió para 280
aproximadamente en Turquía. Este sujeto provenía de una familia muy adinerada y
con su riquezas ayudó a enfermos y familias desfavorecidas económicamente.
Obviamente se le atribuyen algunos milagros para poder ostentar la categoría de
Santo. Si analizamos con detenimiento, Nicolás fue una persona adinerada que
compartió su riqueza con los pobres. ¡Hasta aquí no hay problema! El problema
estriba en que de este santo turco pasamos a un personaje totalmente diferente,
que lo único que tiene de santo es su nombre. Primero, a diferencia de San
Nicolás, no es, ni será sacerdote porque vive con una mujer, la señora Claus.
En segundo lugar, vive con una gran cantidad de duendes… y la pregunta
obligatoria es ¿qué es un duende? Existe una amplia información acerca de los
duendes y sus orígenes. Pero la más convencional nos sugiere que son seres de
aspecto humanoide con poderes sobrenaturales y de carácter travieso. Los
duendes no forman parte de la mitología cristiana, así que Santa Claus queda
totalmente desligado de San Nicolás. Santa Claus también dispone de otros
espíritus mágicos que vigilan el comportamiento de lo niños y a los que se
portan mal, les regala solamente carbón. Se trasporta en un trineo embrujado
por los aires, con unos renos hechizados. Estos son algunas de las razones de
peso por las cuales no se puede vincular a Santa Claus con San Nicolás como
algunos intentan hacer.
La ilusión de los niños o los mandamientos bíblicos
Sé que este tema es delicado y lo esbozaré de la manera más sutil posible. Todo el que se ha sentado a leer los mandamientos de éxodo sabe lo siguiente; en primer lugar que no mentiras. Por comodidad, queremos justificar nuestras faltas en nombre de algo bueno. Por ejemplo: sé de una persona que se dedica a robar y ya ha hecho varios atracos en mi comunidad, me topo con él de frente y propino varios disparos que le causan la muerte. He matado, le he faltado a la ley de Dios, pero ante los hombres digo que lo maté para librar a la comunidad de un bandido. Así produzco una racionalidad que tiene el fin de justificar mi pecado. Lo mismo ocurre con Santa Clos, le miento a los niños, estoy pecando, pero digo que es por sostener una “ilusión”. Estoy poniendo el amor hacia Dios en segundo lugar para sostener una mentira. Así que dentro de este contexto también le estoy faltando al primer mandamiento.
La ilusión de los niños o los mandamientos bíblicos
Sé que este tema es delicado y lo esbozaré de la manera más sutil posible. Todo el que se ha sentado a leer los mandamientos de éxodo sabe lo siguiente; en primer lugar que no mentiras. Por comodidad, queremos justificar nuestras faltas en nombre de algo bueno. Por ejemplo: sé de una persona que se dedica a robar y ya ha hecho varios atracos en mi comunidad, me topo con él de frente y propino varios disparos que le causan la muerte. He matado, le he faltado a la ley de Dios, pero ante los hombres digo que lo maté para librar a la comunidad de un bandido. Así produzco una racionalidad que tiene el fin de justificar mi pecado. Lo mismo ocurre con Santa Clos, le miento a los niños, estoy pecando, pero digo que es por sostener una “ilusión”. Estoy poniendo el amor hacia Dios en segundo lugar para sostener una mentira. Así que dentro de este contexto también le estoy faltando al primer mandamiento.
Asimilismo utópico
Comenzaré explicando ambos conceptos con
el fin de que nadie se pierda en el proceso argumentativo. En primer lugar
tenemos el asimilismo, esto ocurre cuando abandonamos, remplazamos nuestra
cultura e identidad para parecernos y tratar de ser igual que el otro. Esto
ocurre de forma muy natural con territorios conquistados por los Imperios. El
conquistado se quiere vestir, hablar, lucir y tener las tradiciones del
conquistador. En Puerto Rico sobran los ejemplos: celebramos el día de los
presidentes, aunque nunca hayamos votado por alguno, le ponemos nombres en
inglés a nuestros negocios porque se oye “fino”, a nuestros hijos, urbanizaciones,
entre otros. Queremos usar chaquetas y abrigos aunque la temperatura este a 107
grados e imitamos un sin número de comportamientos que no son propios de un
caribeño. En segundo lugar tenemos la utopía o lo utópico que no es otra cosa
que construir un país ideal a base de nuestro imaginario. De esta manera la
construcción de un asimilismo utópico no es otra cosa que construir en nuestras
mentes el Imperio Conquistador dentro del territorio conquistado. En la mayoría
de los casos, actuamos sin pensar, por imitar al vecino, al amigo o a un
personaje de la televisión. Y al final, al Conquistador. Me pregunto yo, si
estamos a noventa grados de temperatura, para qué el vecino tiene muñecos de
nieve inflable. Su constructo del periodo navideño es del Conquistador. ¿Por
qué las casas dicen Merry Christmas? Llenan los patios de renos; ¿Dónde caramba
hay renos en Puerto Rico? Y si Micky Mouse se pone un gorro rojo, tenemos que
comprarlo, porque es el Mickey Mouse de navidad, después aparece con un corazón
y es el Mickey Mouse de San Valentino y así sucesivamente.
En conclusión, nuestros jóvenes y niños
necesitan no un día, sino varios días al año para recibir regalos, eso no lo
debato, pero en realidad necesitan que los 365 días del año, papá y mamá estén
ahí. Pero somos hipócritas y queremos tapar nuestros abandonos con un regalo,
una o dos veces al año. Da pena ver la lista de padres visitan las escuelas de
sus hijos para ver su progreso académico, para darle la mano al docente y
regalar algo más importante que un juego de videos, una tableta o un televisor,
debemos regalarles un paradigma, un modelo de civismo e integrarnos en sus
actividades cotidianas. No odio la Navidad, ni ha Santa Clos, me molesta en lo
que se ha convertido el periodo de Epifanía. Me molesta que trasmutemos el amor
en una cosa plástica.
José Israel Negrón Cruz
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