¿Qué alma,
llorando su infeliz destino
dentro del himno
popular se agita,
al ascender la
música infinita
en el fondo del
aire cristalino?
Vibra en la
flauta el prolongado trino,
la tempestad en
el tambor palpita,
gime el violín,
el clarinete grita
y solloza
profundo el bombardino...
Es el acento
múltiple, anhelante,
de la perdida
caravana errante
que del nativo
hogar la suerte implora...
¡Es el alma de
un pueblo sin enseña!
¡Es la dulce, la
triste "Borinqueña",
madre ideal que
por sus hijos llora!
José de Diego fue gran escritor puertorriqueño que se caracterizó por su defensa de Puerto Rico. En este poema se exhalta el País y su concepción de Patria. No debe confundirse con el himno de Puerto Rico.
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