Durante algún tiempo pensé en
callarmelo. Me traería discrepancia con la familia, amistades
y colegas. Pero existen momentos en que la dignidad del individuo se torna
indelegable y las condiciones sociales empujan con tanta fuerza que nos dejan sin otra
alternativa que denunciar el engaño y atropello. que representa el ejercicio bochornoso e insultante al intelecto de
quien tenga una pizca de valoración propia y colectiva. El “simulacro”
electoral de hoy es la culminación del absurdo nacional. Un ejercicio donde se eligen aquellos que van a gobernar los destinos de Puerto Rico, sino a sus marionetas. Porque los que van a gobernar, ya fueron
elegidos en un acto de poder dictatorial sin precedentes en la historia
moderna del País. Las elecciones coloniales, representan una aceptación burda
de nuestra condición de esclavos. El gobernador "electo" tendrá la función de carga papeles de la Junta; un
líder de barrio con poderes sub-limitados. Un voto en
estas elecciones, representa un ejercicio de resignación colonial, de hambruna
política, de buscar comerse las migajas que puedan caer de la mesa del opresor político que impera sobre los puertorriqueños. No
seré cómplice de un acto sucio e inmoral como delegar mi capacidad decisional a
personas que no tendrán poder real para representarme en ningún contexto sobre las decisiones que repercutirán en mi futuro inmediato y a largo plazo.
Porque eso es el voto; una delegación de nuestras capacidades decisionales. En
esta ocasión me reservo el derecho a delegar en otros y me responsabilizo por
mis propios actos.
En el pasado, las elecciones eran un distractor local; donde uno que otro salía beneficiado con algún puesto
en Energía Eléctrica, El Fondo del Seguro del Estado, Acueductos y contratos
leoninos que le daban algún sentido económico a la partidocracia y que
provocaban que los borregos estuvieran siempre dentro del corral de su partido.
Y aunque nunca, gracias a Dios, tuve que recurrir a mis conocidos dentro del
mundo político, para obtener algún contrato o salir favorecido en cual fuera la
faena, este año es diferente. Este año soy abiertamente un objetor por
conciencia. ¡No seré cómplice de un crimen contra el pueblo puertorriqueño! No
delegaré mi capacidad decisional a ningún soplapote que baile al son del sistema
creado por nuestros verdugos.
José Israel Negrón Cruz
8 de noviembre del 2016
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