Muchos me han escrito para solicitarme explicación de por qué ataqué de forma satírica la fórmula política de la libre asociación que promulga un sector del Partido Popular y cuyo mayor representante es Carmen Yulín Cruz, a quien respeto en su carácter personal, igual que a Ricardo Roselló, pero de quienes difiero abiertamente en mi carácter político y a quienes acuso por medio de la sátira literaria de engañar al pueblo de Puerto Rico con sus constructos discursivos.
Si Ricardo
Roselló engaña al pueblo con el cuento ancestral de la estadidad, los
soberanistas lo hacen con la libre
Aaociación, sabiendo ellos, muy audazmente que es una ficción política, igual o
peor que la estadidad, que se salvaguarda en
el romanticismo independentista como flecha de lanza discursiva. La
libre asociación no es posible, no es una alternativa real para Puerto Rico y
no es posible porque los Estados Unidos de Norteamérica han dejado claro que
esa opción no está disponible para el pueblo boricua. Así que expliquenme como
puede haber asociación, si el otro no quiere asociarse contigo. ¡Esto no pare
más...! Cuando escucho hablar de la libre asociación, recuerdo los entuertos
discursivos de Muñoz Marín y los abrazos apuñaladores que le dio al independentismo y que la historia terminó desmitificando.
La libre
asociación es una falacia de los populares de “izquierda” y se ofenden si se
los dice, como les ofenden los anexionistas de la derecha cuando digo que la
estadidad está a cien años luz, porque en ciento veinte años los
norteamericanos nunca han dicho que desean incorporarnos como estado y que el
bendito plebiscito del 11 de junio es otro engaño y una pérdida millonaria de
dinero. ¿Acaso usted no entiende que es una tomadura de pelo la que nos están
dando? Y que lo quieren es acceder al
poder si un proyecto transcendental de país.
Por eso con
y sin censura, seguiré caricaturizando la estadidad jíbara de Ricardo Roselló
que es una falsa política, igual que el independentismo de cartón, frívolo,
hueco, que representa la libre asociación, porque ambas opciones carecen de
seriedad política y cuyo único propósito es acceder al poder colonial para
repartir contratitos jugosos a los Julio Serrano, las Andrea de Castro Font,
los vegaborges, los papo crisitian y no quiero seguir mencionando nombres
porque ustedes saben que cada cual hala la sábana para su lado y como muestras
ya les ofrecí el botón.
Estas
burbujas políticas solo son posibles y concebibles dentro de la mente de los
colonizados que se afanan a sus representantes ciegamente y los defienden con
uñas y garras. Porque el colonizador ha dicho abiertamente que la libre
asociación no está disponible y se han hecho de la vista larga, muy larga con
la estadidad desde los tiempos de Barbosa hasta Roselló. La crítica que hago
por medio de la sátira no es para ofenderlo a usted, lector, que posiblemente
no entienda mucho de la situación colonial de Puerto Rico y le tenga cariño a
Don Ricardo o Doña Carmen. Y crea en los cuentos chinos de los políticos
populares y penepés y en la politiquería barata que lo único que busca es
acceder al poder por medio de la vía electorera local, a sabiendas que aquí
solo hay dos opciones reales para el pueblo de Puerto Rico en este momento
histórico. Una, lo es la independencia real, sin el “frosty” de los cupones y
“ayuditas” gringas que carga el discurso libre asociacionista y la otra lo es
el estatus quo, la colonia burda y grotesca que tenemos. Más de ahí… explíqueme
cómo y veremos si les creo.
Si a usted
le gusta que le mientan, lo lamento, pero las
ficciones políticas nos trajeron hasta aquí, cargadas en los hombros de
estos dos partidos. Ambos partidos están desprestigiados, y sus representantes
políticos no son más que individuos que buscan acceder al poder por el poder
mismo. Estos dos grupos, en todas sus modalidades son las dos alas de nuestro
gran buitre colonial.
José Israel Negrón Cruz
31 de mayo del 2017
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