Julia
Keleher ha sido la peor Secretaria de Educación en tiempos recientes. En un
sondeo realizado durante esta semana: “¿Qué nota le das a la Secretaria de Educación?” el 92% de los participantes expresaron su repudio. El detonante ha
sido la violenta implementación del cierre de 283 escuelas que tendrá entre sus
consecuencias más serias, un severo hacinamiento en los salones y la deserción escolar
de cientos de niños pobres que viven en áreas de difícil accesibilidad y que no
cuentan con un medio de transporte personal para asistir a las aulas. El cuarto
de Keleher se está llenado de aguas negras que salpicarán la imagen de
Roselló, si este continúa con su complicidad y flojera con miembros de su
gabinete e individuos allegados a su gobierno que han demostrado un pobre o pésimo
desempeño.
La Secretaria
ha evidenciado un proceso de improvisación continua donde no atiende las
necesidades de los niños y maestros, muchos salones siguen sin materiales y una
gran cantidad de escuelas no cuentan con todos los docentes necesarios.
Aun no ha presentado evidencia científica de la efectividad de las escuelas
chárter, la reducción de personal, la consolidación de escuelas y movilización
forzada de alumnos y maestros. Desconoce y menosprecia la cultura e
idiosincrasia de los puertorriqueños, ha realizado onerosos contratos injustificados,
reta la autoridad del Senado, el Ejecutivo y el Tribunal al negarse abiertamente
a cumplir con muchas de las disposiciones de la Ley 85 firmada por el propio Gobernador
el 29 de marzo del 2018. No cuenta con el apoyo de los miembros de la Agencia
que dirige, ni de los padres de la mayoría de los estudiantes, lo que imposibilitará la implementación efectiva
de sus proyectos educativos y desatará un caos en el Sistema de Educación Pública.
Ricardo Roselló debe comenzar a gobernar y solicitar de
forma expedita la renuncia de la Secretaria de Educación y de otros
funcionarios que han obrado de manera inadecuada, antes de que sea muy tarde, que
la personas pierdan la fe en él, en su gobierno, y que lo que cierre no sean
283 escuelas del pueblo de Puerto Rico, sino su propia administración.
José
Israel Negrón Cruz
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