La pregunta de por qué los maestros no tienen derechos a cobrar el tiempo adicional que trabajan tiene una respuesta legal. Pero, lo legal no es siempre sinónimo de lo justo. Existe una prerrogativa legal que permite la explotación laboral del maestro, en donde es obligado so color de ley y contrato de acuerdo mutuo a realizar trabajo forzado sin remuneración. Solo que está expuesto con un vocabulario sútil. En vez de reconocer que el patrono tiene derecho a la explotación del docente, dice: “el docente “está obligado a cumplir con “x” deberes” so pena de sanciones y, obvio, no menciona que si el cumplir con esos deberes requiere de tiempo adicional al horario de trabajo deberá ser remunerado. Para explicar como se orquesta este patrón de explotación tomaré como ejemplo a un empacador de leche que trabaja con una máquina que en promedio tiene la capacidad de procesar 40 cajas en una jornada de trabajo. El patrono determina que la paga será de 10 dólares por hora en un máximo cobrable de 8 horas. Es decir, el trabajador solo puede cobrar 8 horas al día, pero si trabaja menos de esas ocho horas se le descuenta y si trabaja más de esas ocho horas no se le paga, estableciendo así el precedente de una trampa legal que se consumará con un contrato. Lo primero que hace el patrono es ponerle una cuota mínima diaria de 50 cajas de leche al empleado sin importar las circunstancias. Entonces, si la máquina se avería u ocurre algún percance en el horario del trabajador este tendrá que producir las cincuenta cajas so pena de castigo. En una semana con perfectas condiciones de trabajo el empleado quedará debiendo diez cajas diarias que tendrá que procesar dando media hora adicional de su tiempo cada día o dos horas y media el sábado o domingo, sin remuneración alguna. Hasta aquí la trampa no parece tan descabellada hasta el momento en que se avería la maquina de leche. Supongamos que la máquina de leche fue capaz de procesar diez cajas el lunes y el martes porque estaba lenta y con desperfectos mecánicos. El trabajador a pesar de haber estado en el lugar y horario de trabajo establecido tendrá que reponer esas ciento diez cajas que faltarán al culminar la semana en horario nocturno o en sus días libres sin derecho a paga adicional y so castigo de una penalidad administrativa. Es decir, está siendo obligado a trabajar sin remuneración por la ineficiencia de las condiciones de trabajo y la puesta de una cantidad de trabajo de antemano imposible de realizar en el horario estipulado, lo cual lo obligará a trabajar sin remuneración de manera inevitable todas las semanas. Esto a todas luces es injusto e inaceptable, pero de esta manera absurda funciona el contrato del maestro. Al docente se le paga un máximo de seis horas al día, si es que las cumple dentro del horario estipulado, porque si no está presente en ese horario se le descuenta, aunque realice las tareas luego. Por lo que al maestro se le obliga a estar cinco horas en trabajo lectivo y una hora para que planifiqué, corrija, suba notas y asista a reuniones. Una carga, que al igual que con las 50 cajas que se le impone al empacador de leche de antemano, resulta imposible de realizar dentro del horario de trabajo. Por lo que se le está asignando de manera malintencionada una cantidad de trabajo que no podrá cumplir en sus seis horas pagas de trabajo y que lo obligará trabajar tiempo adicional sin remuneración. Y me dirán no es lo mismo, estás mezclando chinas con botellas. ¿Cómo es posible que compares un empacador de leche con un maestro? Es cierto, no conozco ningún empacador de leche que tenga este tipo de contrato, pero maestros sí. Por lo que si a un empacador de leche se le avería la máquina procesadora de leche y esto atrasa sus labores y tiene que quedarse una hora adicional, esa hora le será paga y con posible remuneración duplicada. Pero, si a un maestro su “máquina de procesar notas”, el SIE, no le funciona o se pone demasiado lenta en el horario de trabajo, tendrá que procesar las notas luego sin remuneración adicional. Supongamos que el maestro tenía que entregar las notas de cinco grupos para el 25 de mayo y para 1 de junio tenía los informes finales de semestre (sábanas y otros documentos administrativos). Bueno si el SIE no funcionó o estuvo lento le daremos hasta el 28 para entregar las notas y hasta el primero para los informes. Bueno trabajó cuatro días y el SIE estaba lento, no te preocupes tendrás hasta el primero de junio para el entregar notas y los informes. En conclusión, el maestro inevitablemente tendrá que trabajar horas extras sin paga o remuneración alguna para cumplir y no recibir una sanción administrativa. ¿Te imaginas que pasaría si al empacador de leche le dijeran: “bueno te daré la oportunidad de completar esas cajas de leche que te faltaron porque la máquina de la empresa no funcionaba, sin remuneración alguna durante el sábado o domingo para que puedas cumplir con tu cuota de cajas semanales? ¿Qué buen patrono somos, no? Eso es lo que le hacen a los maestros, los obligan a trabajar horas extras sin remuneración por las dos razones ya explicadas. La primera es que se le asigna una cantidad de tareas mayor a las que se pueden realizar en horario de trabajo y la segunda es que el patrono no asume ninguna responsabilidad económica por sus deficiencias administrativas. Y si la plataforma de planificación se daña o al SIE no lo han actualizado hace quince años, no pasa nada, la responsabilidad sigue siendo del maestro, es legal y está estipulado por contrato que puede trabajar tiempo adicional sin paga o en términos más exactos, no está estipulado que este tiene derecho a remuneración alguna, sea diez, quince o veinticinco horas adicionales que este trabaje en esa semana. Porque esas seis horas que no pudo pasar notas, estuvo limpiando su salón, ayudando en la escuela y esperando ordenes de su superior y por eso se le remuneró. El resto del tiempo lo trabajó de modo forzado y si paga, so pena de una penalidad administrativa por no cumplir con los deberes contractuales. Este atropello es completamente legal, pero cuestionable e injusto.
29 de mayo del 2021
José Israel Negrón Cruz
Cruel nuestra realidad!
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