Si yo pudiera describir la vida,
la describiera,
como una caja de sorpresas;
nadie sabe lo que guarda adentro,
solo el que la hizo ,
pero a la mayoría le interesa.
Cuando nacemos,
no escogemos
nuestros padres,
ni nuestros hermanos,
no sabemos si seremos buenos o malos ciudadanos.
Solo estamos aquí,
por una dictadura de la naturaleza,
la cual algunos definen como obra del Creador.
No escogemos crecer en ambientes de odio o de amor.
Solo estamos aquí con cuatro sacos;
uno para perder,
uno para ganar,
uno para recibir
y otro para dar.
El peso de cada uno de los sacos se mide por vuestras
obras,
el mundo es el escenario para obrar.
Siempre hay alguien naciendo,
siempre hay alguien muriendo,
algunos los rodea el cemento,
otros la tierra,
muchos respiran paz,
mientras otros
son intoxicados con guerra.
Unos disfrutan su humildad,
otros la “guillaera” :
cuatro sacos a cargar,
el mundo es el escenario para obrar.
Todos tenemos momentos de bendiciones,
momentos de maldiciones,
momentos de alegría,
momentos de tristeza.
Siempre existirá un Dios,
siempre habrá un Lucifer,
siempre existirá lo bueno,
siempre existirá
lo malo.
Pero todos, tenemos cuatros sacos,
uno para
perder,
uno para ganar,
uno para recibir,
uno para dar,
la vida es
tiempo,
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