No sé si esto sea una broma del destino,
o un capricho
tuyo y mio.
Esta relación es extraña,
mejor dicho especial.
Han pasado
varios años,
ya no sé que pensar,
no hemos tomado cariño,
pero claro sin amar.
Solo algunas caricias,
que saben a
bienestar,
solo algunos
besos,
que saben a sanidad.
Así hemos seguido o sobrevivido,
Jugando a los enamorados,
pero del concepto, algo apartados.
Amor de épocas,
llegas en mi soledad,
con tus manos de sanidad,
y así mismo te vas,
sin irte jamás...
Eres mi consuelo,
mi conciencia
y en ocasiones mi compañera,
siempre pura y sincera.
Eres parte de mí,
la respuesta a mis dilemas,
eres tú mujer,
la solución de mis problemas.
Tu voz de sapiencia,
de experiencia,
me hace comprender,
la sencillez de mis confusiones,
la realidad de mis amores.
Así hemos seguido,
con nuestra relación distante,
pero sin separarnos jamás,
viéndote y escuchándote
“de mil en cientos”.
No sé porque se han desarrollado tantos sentimientos,
y valga la aclaración,
no son de desenfrenada pasión,
sino de
agradecimiento.
Solo deseaba decirte,
te quiero mucho,
siento alegría cuando tu voz escucho,
solo quería agradecerte,
por tu amistad.
Pero más que
nada,
por tu sinceridad.
Siempre que pueda aquí me tendrás,
para ayudarte,
y si algún día lo necesitas para consolarte.
Nuestra relación no tiene definición,
y es por eso que en esta ocasión,
he optado por
llamarla y nombrarte:
clase aparte…
Autor: José Israel
Negrón Cruz
Escrito el 15 de marzo
del 2000
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Revisado el primero de
enero del 2014
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