En lo que va de fin de semana. Se han reportado cientos de ataques por parte de chapiadoras playeras que desvalijan a hombres inocentes en las costas de Puerto Rico. La edad promedio de las victimas ronda entre los 30 y 55 años de edad. El chapeo es una forma sutil de saqueo económico que se origina en República Dominicana, donde jóvenes guapas despojan de prendas y dinero a varones sedientos de amor, sin ofrecerles nada cambio; por lo regular en barras nocturna durante los fines de semana; causando divorcios, pelambrera y problemas severos económicos en el sexo masculino. Una variante de la chapiadora tradicional se ha identificado en Puerto Rico; la chapiadora playera.
La chapiadora playera luce joven, sociable y coqueta. Habita mayormente en playas de la zona metropolitana pero recientemente se han reportado ataques en el oeste y sur de la Isla. Estas fijan su mirada en sus victimas; esperan que este le dirija la palabra o ellas se acercan con discreción para realizar una pregunta casual y sin importar cual sea la respuesta del hombre, ella sonreirá con simpatía. La astucia de la chapiadora llevará a la victima a ofrecerle una cerveza de cortesía. La joven se mostrará elocuente, siempre alegre y aunque a leguas se nota que es una mujer astuta, experimentada en su oficio, tiene algo que la hace lucir casual, que confunde a la victima entre si aquello es un encuentro accidentado o lo están chapiando.
Las chapiadoras playeras visten trajes de baño de última moda con pantalones cortisimos, señidos al cuerpo para acentuar su figura. En la medida que la chapiadora va incrementando el consumo, su nivel de chapeo aumenta. Pudo comenzar con una cerveza y le sube a tragos, luego pide dinero para poner la música que más le gusta en la vellonera y así, sigue gastando a sus anchas. Mientras el dinero siga fluyendo, la playera saca a su victima a bailar y puede que comparta algún número de teléfono o página web de contacto. Todo con el fin de mantenerlo esperanzado. La victima puede sufrir lo que se conoce como olvido casual y no recordar por esos momentos; la playa, los amigos, la pareja, al ritmo del chapeo intenso que se está produciendo en ese chichorro costero. Al llegar la noche, la chapeadora playera siempre desaparece con parte o todo el dinero del chapeado. Causándole a este pelambrera semanal, peleas en el hogar y sentimiento de culpa.
Si haz sido chapiado por una playera puedes llamar al 1-878-444-2325 y un grupo de apoyo tomará nota y registrará tu caso. Si haz sido chapeado en más de una ocasión es posible que hayas sido infectado con mamalonería; una condición fatal que transmiten las chapiadoras donde la victima se enamora de la victimaria. Dejando cada quincena su sueldo en las manos de uno de estos especímenes. Si este es tu caso, te recomendamos que asistas a Chapiados Anónimos donde se te brindarán las herramientas para combatir la adicción al chapeo. Si conoces una chapiadora; reportala, no te quedes callado, recuerda hoy pudo ser tu amigo; mañana podrías ser tu novio, esposo o tú.
José Israel Negrón Cruz
23 de julio del 2016
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