Para qué estudiar...



La semana pasada, mientras enseñaba el texto persuasivo por medio de la carta, le pedí a mis estudiantes que le escribieran a una figura de autoridad e intentarán convencerlos acerca de su punto de vista en un tema de interés social. Hubo muchas cartas que me llamaron la atención; iban dirigidas al presidente Trumph y su política hacia los inmigrantes, otras al gobierno local y sus leyes antiobreras. No faltaron las cartas a la dirección escolar, pero hubo una que me dejó atónito; la carta estaba dirigida hacia mí. La había escrito Miguel; un joven brillante pero poco aplicado. Decía así:

Estimado Maestro:

He notado que todos los días pierde su tiempo tratando de que estudiemos. Miro como llega temprano al plantel escolar y se va tarde, para nada. ¿Es usted tonto? Acaso no se percata que el Gobierno no lo toma en cuenta, por eso le pagan tan poco. Le cuento que mi pastor no necesitó terminar la escuela secundaria para ser líder de la iglesia. Además, para trabajar en la fábrica no necesito estudios, porque los empresarios no buscan personas que estudien sino personas que trabajen. Lo importante en la vida es el dinero y el crédito que tengas con los bancos. Le digo, por si no lo sabía que vivimos en un país democrático donde la justicia es para todos y no para el que estudia. Así que maestro, mejor haga como yo y disfrútese la vida. Nunca se ha preguntado si… ¿realmente sirve para algo estudiar?

Atentamente,
Miguel Pérez

A todo esto reflexioné, no esperaba esa carta tan directa que desvalorizaba en unas cuantas oraciones todo el esfuerzo que hacía día a día. No sabía si reírme o molestarme, si ignorarlo o contestarle. Y siendo justo con él, había cumplido con los requisitos de persuasión.  Así que después de calificarlo bien, contesté:

Apreciado estudiante:

Quizás yo no sea un genio, pero puedo asegurarte que el Gobierno no invierte en la educación porque desea ciudadanos ignorantes, que el líder religioso no te estimula a que estudies porque quiere controlarte, que el empresario de la fábrica te esclavizará y se aprovechará de tu desconocimiento para dominarte, que los bancos por medio de la usura, querrán el día que no puedas pagar, expropiarte, que la justicia no es ciega ni pulcra y defiende los intereses de la clase dominante y el día que pienses diferente a ellos, te buscarán para encarcelarte. Porque como decía Nelson Mandela: “el conocimiento será tu mejor arma” para enfrentarte a la vida. Así que alumno, siempre que pueda estudie, porque lo que 
sabes y la busqueda de la verdad,  serán lo único que te garantizarán la libertad de espíritu y conciencia.

Atentamente,
Tus maestros


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