Los criterios empleados para el cierre de escuelas fueron la baja matrícula en el plantel o pésimas condiciones de infraestructura.
Bajo estos parámetros, 184 escuelas serán cerradas este
año sin haberse realizado un estudios de necesidades apropiado.
Una escuela es mucho más que paredes
verticales y techos horizontales en medio de una urbanización, residencial o montaña. Cada escuela representa para su
comunidad un espacio cultural y familiar que ha educado en ocasiones a más de tres generaciones. Las escuelas son pulmones sociales que permiten
que los miembros de una comunidad confraternicen.
Cada escuela que se cierra representa un daño social a la comunidad tributaria que ha dejado un pedazo de su
historia entre esas paredes. Es difícil que
muchos de nosotros hayamos olvidado nuestra escuela superior y los lazos de
amistad y amor que se formaron allí. Cuando se cierra una escuela, se cierra
también un santuario de recuerdos y oportunidades a las comunidades pobres.
Por un lado se destruye el sentimiento de pertenencia y costumbre que
tiene la comunidad afectada y por otro, se desarrolla un problema severo de
sanidad. Las escuelas cerradas durante la administración anterior, son hoy, estorbos públicos, albergues de ratas, mosquitos y usuarios de drogas que se han
apropiado de lo que un día fue un centro educativo. ¿Cuál es el plan detrás del cierre de cada escuela? ¿En qué
se convertirán esos cientos de espacios que le pertenecen al pueblo? ¿En parques pasivos? ¿Derribaremos
esas estructuras maltrechas para crear pulmones verdes en comunidades urbanas?
O simplemente intercambiaremos estudiantes por usuarios de drogas y edificios
maltrechos por estorbos públicos. Secretaria Keleher; ¿Cuál es el plan después
del cierre?
José Israel Negrón Cruz
5 de mayo del 2017
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