Prólogo de libro

“Escrito antepuesto a la obra de un libro”. Eso dice el diccionario, pero a mi ¿Quién me enseña a hacer un prólogo de mi obra? Nadie. ¿Qué puedo decir? Empece mi escritura a la edad de doce años, por accidente, sí, por accidente, fue gracias a mi maestra de Estudios Sociales, en el Colegio Nuestra Señora de la Providencia en el 1995, me obligó a realizar un cuento. Ahí nació El Nuevo Mundo de Jinc; un cuento fantasioso que reflejaba mis aires de grandeza, el cual se puede apreciar en este libro. El cuento agradó tanto y tanto a mis compañeros de escuela que lo perfeccioné (acorde a mi mentalidad en aquellos tiempos) y se lo mostré a todos mis amigos. Todo el que lo leía, gustaba del mismo, así que decidí continuar en el arte de hacer cuentos. Después del EL Nuevo Mundo de Jinc escribí alrededor de una docena y media más de relatos. Los cuales desaparecieron, están extraviados, hubiera dado lo que fuera por conservar esos cuentos todavía. Ya que representan el verdadero inicio de mi escritura. Luego tuve muchos percances personales, incluso abandoné la escuela por un tiempo, fui ingresado a una institución siquiátrica en marzo del 1997. Allí vi la vida desde otra perspectiva.

            Me ingresaron al hospital Panamericano por error de una siquiatra, a la cual le había comentado que deseaba suicidarme.  La experiencia en el Hospital me hizo crecer mucho como persona. Si analizan mis primeros escritos, verán que son redactados con rencor, confusión y rebeldía. El principio de mi adolescencia fue una etapa muy difícil.  

            Escribí mi primer ensayo en la Academia Santa Mónica, fue nombrado como Libertad (1997), no sé si fue por casualidad o cosa del destino, pero también fue redactado por accidente, esta vez provocado por mi maestra de religión del octavo grado. Aun lo recuerdo tal si fuera ayer, llevaba cabellera larga, mirada melancólica, siempre estaba en silencio, me costaba trabajo hablar, y mucho más duro se me hacia sonreír.  Aquella era mi maestra de salón hogar, jodía y jodía, con que me recortara el pelo, que debía usar el uniforme de manera apropiada, entre un sin número de detalles más que dieron inicio a mi rencor hacia la escuela y su administración absurda. Un día, la maestra quiso indagar en nuestras mentes y nos asignó la tarea de crear una composición en donde definiéramos lo que era la libertad. Hice la tarea y la reacción de la maestra fue tal que pasó el año entero sin exigirme más en cuanto a la modificación de mi apariencia física.

            ¡La vida da tantas vueltas! Ni siquiera nos damos cuenta de que el tiempo se nos va… Eventualmente entré al mundo del a poesía, en esta ocasión no fue por accidente, fue provocado por una niña llamada Francheska, en quien fue inspirado mi primer poema: Necesito tu contestación (1997).  La niña era de Levitown, tenia doce años, tez blanca, y una gran alma. ¡Me enloqueció! Tanto y tanto que pasé una noche entera confeccionando ese poema, aunque luego, nunca tuve el valor para entregárselo. Gracias a Dios, no se lo entregué, porque entonces no habría un primer poema en esta colección. A ella le agradezco y le debo mi inmersión en la poesía, ya que si no hubiera sido por su belleza en todo el sentido de la palabra, no me hubiera motivado por la poesía. Entre mis primeros poemas figura: El Varón, que es un intento de soneto, y digo intento, porque nunca llegué a ejecutar el soneto perfecto. Ese intento de soneto lo hice para Rafael Zuñiga, maestro de español para aquel entonces. Quien vio mi poesía y opinó sobre ella. Le agradó o al menos eso dijo. Luego me regaló un libro de poemas y prosas que había escrito con unos compañeros de Universidad. Tengo el libro todavía, lo guardo como un recuerdo muy especial.

            En diciembre de 1999 intenté comenzar mi primera novela, escribí tres capítulos, pero la musa se escabulló. Creo que no estaba preparado para aquel entonces, para realizar una obra que requiere de mucha diciplina y dedicación. Entre finales del 1997 y principios del 2001, la mayor parte de mis escritos fueron poesía, algo que no se les hará muy difícil de notar. Me dediqué a escribir poesías, porque me llenaba hacerlo, tienes que sentirlo para comprenderlo. A pesar de que siempre he considerado la prosa como un arte mucho más sencillo, preferí los versos.

            Esta obra se llama Capitulo I, debido a que en el momento de escribirla visualicé mi vida por capítulos, espero escribircada capitulo de mi vida, por ello el nombre de Capitulo I. Recopilé un gran número de mis inspiraciones, mayormente escritas entre finales del 1997 y principios del 2001. La obra se divide en tres partes; En el principio, que es precisamente el principio de mi obra. Hay pueden notar las grandes imperfecciones de un principiante. La segunda parte lo es: Confusiones; que se llama asi presisamente porque eso es lo que reflejan las letras, un periodo de inmensa confusión, creo que es parte de la edad, ya esta parte, que constituye el grueso de la obra, está escrita en plena adolescencia, una etapa muy difícil para muchos seres humanos. La tercera parte lo es: Fragmentos; está compuesta por escritos que no fueron terminados, o no fechados, son en su mayoría versos libres, realizados entre el 1998 y el 2001. Al final encontrarás la cronología de los escritos, los cuales precisamente están acomodados en orden de fechas. Encontrarás un área de vocabulario, donde se explican las frases que son propias del dialecto de la juventud de los 90’s y principios del 2000.  La obra culmina con el índice en las últimas páginas, el cual será de utilidad al momento de identificar temas de su agrado. Antes de despedirme, quiero agradecer por el interés en mi obra…
                                                            
Autor: José Israel Negrón Cruz      
Escrito en el 9 de mayo del 2001

Revisado el 24 de diciembre del 2014

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