Hombre frustrado

"No hay nada más frustrante que tener a Santa Clos y tu esposa al lado" 


Hoy se encadenan mil y una preocupación;
el mañana, el presente, suspiros de tensión.
Llantos internos sin saber que hacer,
buscando soluciones dentro del placer.
Y descubrir que lo que hago no es vivir.

No sé porque estoy aquí,
no sé que debo hacer
para continuar soportando este dolor
y lo peor
es que no encuentro el porqué.

Me encierro a solas
para escuchar esa voz interior,
todos esos gritos de lamentación,
todos esos gritos de dolor.
Y descubrir que el problema está dentro de mí.
No sé que me sucede,
solo creo que esto no debe de ser así.
Debe haber alguna manera de resolver este problema que me agobia,
este sentir.
Tal vez sean todos los problemas del presente o un problema personal,
a veces me pongo a pensar que todo esto es algo mental.
Tal vez sea ese grito de rebeldía;
porque la sociedad me impide lo que quiero ser.
 ¡Quisiera llorar!
Pero no puedo, 
de mis ojos no brotan lágrimas,
mi corazón olvidó como llorar.

Ante tan poco entendimiento,
he llegado a pensar,
que todo esto me sucede por falta de amar,
por falta de sentir, lo que es soñar y realizar.
Pues entre presiones y sueños tronchados, me ha tocado caminar.
A veces me pregunto,
 si tengo alguna culpa que pagar.
Entre amores platónicos me he logrado sostener,
pues mis instintos de humano los tengo que complacer.

Quisiera tener la oportunidad
de sentir más allá de una pasión,
quisiera tener la oportunidad
de sentir, lo que llaman sentimientos del corazón.
No sé si este sea mi problema,
no sé si el amor sea la solución,
solo sé que me sucede algo,
que me mantiene rencoroso y en tensión.

A veces pienso en pedir ayuda,
a el que llaman Dios,
pero pienso que esta muy ocupado
y no escuchará mi voz.
No es que dude de grandeza,
no es que dude de su poder.
Solo quisiera preguntarle;
si ¿así es como tiene que ser?

En ocasiones me acuesto
 bajo el cielo a mirar
hacia la eternidad
y llego a la pre-conclusión
de que tal vez todo se resuma
en problema de identidad.
Por no ser quien quiero ser,
 por no hacer lo que anhelo hacer,
por no sentir
lo que es vivir.

Camino por negras calles para aprender,
de la gente que vive conforme
con lo que ha logrado obtener.
No quiero pasar a ser parte de una estadística, sicológica, de un juego mental,
ya que me considero diferente a nivel personal.
La palabra que me describe no es raro, sino especial.

Aunque hoy no encuentro solución,
sé que algún día la voy ha hallar.
No tengo que “rochearme”¹
si existe un día tras otro
y aunque hoy abunde tristeza y melancolía,
sin tal vez alguna razón.
No hay mal que dure cien años,
tengo fe de que todo va a cambiar,
en mi mente  y corazón.



1)      Rocheo: a mediados de los años noventa se popularizó en Puerto Rico el verbo “rochear” el mismo es un constructo asimilado del inglés, de la palabra “rush”. Y aunque su significado en inglés y en español, no guardan correspondencia directa, ya que en inglés representa cierto tipo de ajoro, mientras que en español se le atribuye a un estado de tristeza. Vale mencionar que el verbo nunca fue aceptado en el convencionalismo de Real Academia Española.


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