No dejes que ajena amargura, 
apaguen la llama de tu “locura”
hiriendo con verbo ardiente 
en nombre de la “cordura”.
¡Entes inconcientes!
De la valía del alma pura,
De la valía del alma pura,
en su grito conjuran, 
daños a sueños presentes.
Queriendo cambiar amor de utopías,
por odio, lágrimas  y gritería,
 ignorantes de su ironía; 
pues todo juicio libre torcerá
a favor, 
de aquellos abanderados de
amor. 
Sueña 
aunque tu sangre declare la
guerra, 
aun negándote la tierra,
 florecerás en su mangle. 
Sueña que eres árbol 
aunque hieran tu tronco, 
verás a  los que te humillan 
cuando seas frondoso 
alardeando con endoso 
que bajo tu sombra de cobijan.
Autor: José Israel Negrón Cruz            
Fecha: 3 de
octubre del 2002
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