MI ISLA SOÑADA, EL MAR… FANTASÍA (RESUMEN)


            El texto se caracteriza por la retórica poética, utilizando distintos recursos para describir el mar; que es uno azul, trémulo lleno de estrellas. El mar y el cielo conversan por medio de los pájaros. En su fondo yacen peces de color fosforescente. La tierra se sumerge con sus montañas en el cántaro  inmenso del mar que existía antes, es reposo para el peregrino cansado que se embeleza en su belleza. Las palmeras, los uveros imploran ante el un gajo de luz. Es tan viejo, como el tiempo, como el viento y se renueva en cada instante fugaz. El peregrino se encontró a sí mismo en su inmensidad y recito unos versos de auto encuentro. Luego se reconoce lo efímero del ser humano, se recitan unos segundos versos adicionales. El mar es la carne de veredas, guindas, que se cristalizan y se diluye en flamboyanes, de bucayos, de magas, de yagrumos. La tierra y el mar son un cáliz unido. La voz del texto emite unas últimas oraciones que nos remiten a una nostagia distante y termina con los versos del peregrino:
“Tú, Lazarrillo de ojos,
llévate a estos míos, guíalos,
por la aurora, con espumas,
con nubes por los ocasos;
tú, solo, sabes trazar,
los caminos en tus ámbitos”.

                                                                                                            José Israel Negrón Cruz

                                                                                                            27 de noviembre del 2015

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