Grito de desesperación
en el eco de la memoria,
¡Problemas!
y me dicen
que la solución es la gloria.
Tranquilo,
olvidado de
la apariencia.
Se escucha
esa voz interior,
la
conciencia.
Recuerdos
de un compañero de escuela,
el hijo de
puta del corillo,
ahora
cumple una condena,
por robar
autos
y yo de las
malas experiencias exhausto.
Pensando en
aquella chamaquita,
la cual no
menciono nombre,
que con tan
solo doce anos,
carga el
hijo de un hombre.
Y el que
mataron frente a mis ojos por dinero,
algo común en
el mundo entero.
A veces
cuando estoy solo me pongo a pensar,
en las
ocasiones en las que trataron de matar.
Sin saber nunca el porqué de aquel suceso,
tenia once
años y por poco quedo sin seso.
Es que no
puedo estar tranquilo sin que de mi comente un presentado.
No puedo
creer que mi “gheto” mi tierra, de los valores se haya olvidado.
Me “encojona”
tener que irme a los puños por una estupidez
Me siento
no como el que arroja la carnada, sino como el pez.
Pienso que hay
formas de tripiar,
no tan solo
con marihuana en un tabaco.
No puedo creer que mi gente
haya
perdido su sentido de humano.
Escucho que
los viejos dicen,
que los
problemas antes se resolvían a galletas.
Ya no es así,
ahora es
con nueve y escopeta.
Siento como
mi gente se esta muriendo,
mira las
noticias para que veas que no te estoy mintiendo.
Salgo a la
calle y huelo el ambiente,
huele a
violencia. Asi es como se siente.
Una lagrima
para todos los inocente
que injustamente han muerto.
No estoy
loco,
solo reflejo lo que mi alma siente.
Solo tengo
la idea de que todo puede ser diferente.
Autor: José Israel Negrón Cruz
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