Introspección acerca del discurso mercantilista, el Día Nacional del Pavo y del Viernes Prieto en Puerto Rico.


Estos días son representativos de nuestra condición colonial, el discurso mercantilista de las compañías foráneas toma auge y legitimación en la medida en que le continuemos dando poder.  El pueblo colonizado, por su condición de colonizado quiere imitar al pueblo colonizador, solo que con menos recursos y sin una razón sólida para hacerlo. Meramente porque el discurso mercantilista dice que caminemos para el norte, pues para el norte caminamos, el discurso dice que para el sur y para el sur caminamos, sin hacer un detente a pensar tan siquiera en pa’ donde estamos caminando. Los colonizados, con su conducta asimilista, legitiman todo “constructo”  que venga del colonizador. En este ejercicio en particular, legitimamos el discurso mercantilista como acto de “amor”.  Los propagandistas de las multinacionales son conocedores de la cultura puertorriqueña, de los puertorriqueños y nos explotan sin piedad alguna. El discurso es una herramienta de justificación racionalizada el cual es la herramienta más poderosa que utilizan, estas trasnacionales para expropiarnos de nuestro dinero. Mediante este ejercicio, explicaré ¿cómo opera el discurso mercantilista en Puerto Rico, me remitiré principalmente a las teoría y conceptos de Frant Fanon, para explicar el comportamiento de los puertorriqueños. Aunque me apropio de conceptos marxistas, el materialismo histórico, no será el motor de mi análisis en esta ocasión.

  Para entender el ensayo, es imperativo entender los conceptos o al menos tener una noción del marco teórico con el que estoy trabajando. Para esto, explicaré de manera superficial a Frank Fanon. Sin entrar en el detalle de los estudios realizados por Fanon en las Antillas y otros lugares, es importante que usted conozca lo siguiente: a) Puerto Rico no ha sido la única colonia-nación que ha estado bajo el tutelaje del Imperialismo Europeo y Norteamericano. Aunque en nuestro caso, hemos estado bajo ambos. b) El colonizador suele tener una conducta prepotente e imponente ante el colonizado y nunca lo ve como su igual, sino como un ser de naturaleza inferior, esto de manera consiente o inconsciente.   c) El colonizado, por su condición de colonizado es temeroso, desatinado, de baja autoestima y recurre al colonizador para crear un paradigma, modelo idílico de comportamiento social, administrativo y personal. Por tal razón, de manera consciente o inconsciente, los colonizados quieren parecerse, lucir, hablar y aspiran a ser como el colonizador, porque ese es su modelo de modernidad y superación. d) Las condiciones políticas, sociales, conductuales de los puertorriqueños, lo clasifican, como colonizado. Por lo tanto los puertorriqueños nos comportaremos como lo que somos; seres humanos sometidos a condiciones que van en contra de nuestra propia salud como nación, pero como esas condiciones vienen del colonizador, de manera irracional, las tomaremos como buenas. Los puertorriqueños han desarrollado un falso ego, producto del periodo muñocista donde hubo un desarrollismo de infraestructura en la Colonia, que responde a las necesidades del colonizador durante la Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría más que a un interés genuino en el desarrollo de la Colonia. Durante este “periodo de gracia” se elaboro un discurso nacionalista que buscaban enaltecer el ego del puertorriqueño y en donde el desarrollo colonial se le atribuía a una renegociación con la Metrópolis y no a las necesidades militares de Ella en Puerto Rico.  El discurso nacionalista de Muñoz, por las transferencias de fondos federales, llegó hasta el absurdo de decir que la colonia era la “Vitrina del Caribe”.  Sin explicar las razones verdaderas del crecimiento económico de Puerto Rico. Se elaboró de manera muy hábil, un discurso ambivalentes cuyo fin parecería ser el confundir al colonizado, por medio de la re-semantización y dentro de esta la re-significación de los conceptos. Como pedagogo, consiente de que no todo lector tiene el entrenamiento apropiado para entender como opera la re-significación  haré un ejercicio simple. En Puerto Rico a un animal de cuatro patas, que usamos como mascota, le llamamos convencionalmente perro. Pero un grupo de personas decide llamarle gato. Porque tú digas que el perro es un gato, este no deja de ser perro. Es un hábil ejercicio de significante-significado con fines políticos. En pocas palabras, Muñoz y su círculo, comenzaron a llamar las cosas de manera distinta para confundir y complacer al colonizado. Es por esto que se inventan que la Colonia de Puerto Rico es un Estado Libre Asociado. Le dicen al perro, gato, pero sigue siendo Perro. ¿Para qué este invento semántico? Es una manera astuta de auto complacencia. Si desglosas este extraño compuesto, notarás que satisface los intereses de todos. Empecemos con el primero, Estado para los estadistas, el segundo, Libre, pues para los independentistas y el tercero, asociado, para los autonomistas representados en el Partido Popular. “!Esto es Disney sin Mickey Mouse!”. ¡El puertorriqueño en el País de las Maravillas! Ahora te pregunto: ¿Puerto Rico es un Estado? –No verdad. ¿Puerto Rico es libre? –No verdad.  ¿Puerto Rico está asociado? –No, y para este punto, entiendo pertinente analizarlo detalladamente. Puerto Rico no tiene una asociación con los Estados Unidos de América. Quien único puede asociarse son entidades (Estados- nacionales) libres. Estados Unidos e Inglaterra están asociados, de manera voluntaria. Pero Estados Unidos no puede intervenir en las decisiones de Inglaterra ni viceversa, al menos no, de manera arbitraria. Entonces: ¿Qué es Puerto Rico? Una colonia. Si quieres llamarle Estado, puedes hacerlo, si quieres decir que es libre, también, si sueñas con que estás asociado mejor todavía. Pero el perro sigue siendo perro aunque le llames gato. Un ejemplo más, el pacto de mutua defensa. Si los Estados Unidos de Norteamérica entran de manera arbitraria en una guerra, los puertorriqueños están obligados a defenderlos. Pero que Puerto Rico entre de manera arbitraria en una guerra, a ver que pasa. Para empezar que Puerto Rico no decide si entra o no en guerras y lo segundo es que si Estados Unidos defiende el territorio de Puerto Rico, es porque está defendiendo su propiedad.

Durante la Guerra Hispanoamericana, Puerto Rico fue cedido a Estados Unidos en el Tratado de París, cedido, regalado, como quieras llamarle. Luego la ley Foraker trajo las imposiciones que dictaminarían los quehaceres de la Colonia. Consecuente la ley Jones y finalmente la ley 600, todas en favor del Colonizador. Dejando claro que somos un territorio cedido por España, que estamos bajo las directrices del Congreso en el cual como todo colonizado tenemos voz, pero no voto. Porque pertenecemos a ellos, pero no somos parte de ellos, ni estamos asociados a ellos, por eso no podemos votar. Somos una colonia de… no socios, por eso no podemos participar en las decisiones que se toman. Dejando en claro nuestra condición política, que aunque suene absurdo, el desconocer que somos y quienes somos es típico de las sociedades colonizadas. Por eso me siento en múltiples ocasiones a explicarle a los propios puertorriqueños su status político. Nosotros le llamamos al perro, gato. Pero para el resto del mundo sigue siendo perro. Nosotros le llamamos Estado Libre Asociado, pero para el resto del mundo sigue siendo colonia. Y como no somos ni la vitrina del Caribe, como decía Muñoz, ni el ombligo del mundo como piensan unos cuantos por ahí, debemos comenzar a aceptar nuestra realidad, porque la negación de nuestra condición colonial, fue lo que nos trajo al fracaso en el que estamos.
Después de que el Colonizador, perdió interés en la colonia, dejo de inyectarle dinero. Pero ya había desarrollado la infraestructura. ¿Qué hicimos los puertorriqueños? Negar nuestra realidad, de colonia pobre. Empezamos a pedir prestado para mantener nuestro estilo de vida, subsidiado por “periodo de gracia”. Y así de prestado en prestado, llegamos hasta donde estamos, llamándole al perro, gato. Y aunque el perro ya ladra y muerde, le seguimos diciendo gato.

Dejando en claro quien es el colonizador, sus características, quien es el colonizado, sus características. Retomamos el discurso mercantilista. Para que exista un discurso mercantilista, tiene que existir la posibilidad de un mercado, en este caso el mercado es Puerto Rico. El discurso mercantilista tiene tres facetas, la primera es la fase inicial: donde se te pide que pruebes un producto, en ocasiones te lo pueden hasta regalar. Lo importarte en esta fase es crear un mercado con ese producto. El segundo lugar es la fase moderada del discurso, cuando te dicen que este o “x” producto te da “status” social. Y te pueden crear falsas necesidades por medio del discurso y la tercera es la etapa radical, o lo que se conoce como el consumismo crónico. Las trasnacionales han llegado a la fase radical en Puerto Rico abusando de su condición de colonizados y explotando a los consumidores, llevándolos a unos estados de barbarie donde peligra hasta su propia salud emocional y física. Sobran los ejemplos, pero para efectos de este ensayo, tomaré el día de mañana, El famoso día del Pavo y el Viernes Prieto.

Los mercantilistas establecen metas económicas medibles, pero para alcanzar estas metas desarrollan discursos convincentes que provoquen el consumo. En Puerto Rico no se celebraba el día del Pavo, pero como somos Colonia, como somos casi, casi norteamericanos, pues le metemos ese día festivo a los nativos pa’ que compren pavo. Pero no, cualquier pavo, compramos el pavo del colonizador. Si lo que queremos es comer pavo; ¿por qué no creamos una industria avícola con esos fines? Porque el colonizador sencillamente no lo va a permitir. Tiene controlado ese mercado de matar y comer pavos. Cosa que no ocurre con el cerdo, porque es una tradición local y todavía tenemos criadores de cerdo, aunque sí, también ya estamos exportando el cerdo del colonizador, no tanto como el pavo. Por tal razón no tenemos un día del cerdo. Se come cerdo en cualquier periodo de navidad. En el caso del pavo es imperativo que se coma en un día en particular para tener controlado el mercado y ser más costo-efectivos. Como nosotros, los colonizados, no tenemos ningún vínculo histórico-cultural con los peregrinos y los indígenas del norte. Comemos pavo ese día por imitar al colonizador. Nos parecemos más al colonizador, si hacemos lo que él hace. Por eso el Día nacional del Pavo. Y bueno, el discurso lo aguanta todo. Desde la estupidez de que es un día que une a la familia; ¿no se pueden reunir cualquier domingo? Hasta barbaridades religiosas, como que ese es el día que se le da gracias a Dios por los alimentos. No importa cual sea tu justificación, lo importante es que le compres el pavo a la industria avícola del colonizador. No estoy diciendo que reunirse en familia sea malo, o dar gracias a Dios, estoy diciendo que legitimamos un discurso sin fundamento por imitar al colonizador. Esto es inconsciente, nadie le gusta ser el pendejo de la cadena. Cuando estamos en la fase radical, otro indicador es que el gobierno adopta el discurso consumista aunque vaya en detrimento de su pueblo.


El segundo ejemplo que es de adquisición  reciente es el Viernes Prieto. Casualmente después del Día Nacional del Pavo. En la Colonia tampoco existía tal cosa como el El Viernes Prieto y ha venido tomando auge según van pasando los años. En este segundo ejemplo, el problema estriba en que el Colonizador está dando un modelaje peligroso. Para el Viernes Prieto en Estados Unidos se hacen largas colas con un tiempo irracional de anterioridad. La gente se pelea por artículos que no son de primera necesidad, como un televisor, una computadora o cualquier porquería que les guste. ¿Por qué crear esta histeria consumista? ¡Es sencillo! Las grandes cadenas se cargan de multiplicidad de productos, pero quiere pagar la menor cantidad posible de dinero a sus empleados, así que obligan a la gente a consumir en periodo de tiempo limitado para ser más costo- efectivos. Al mercantilista no le importa si te dieron un puñetazo, si perdiste un diente como le paso a una amiga o si perdiste hasta tu vida. Son daños colaterales de la estrategia. Tampoco digo que esta sea la intención. Un consumidor menos, es un peso menos. La intención es general la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible y esto se hace aglutinando personas que compren “ofertas”. Entonces se elabora el discurso consumista, en primer lugar tenemos los supuestos precios baratos,  que por ser colonia, siempre serán más altos que en la Metrópolis. En segunda lugar apelan a la fragilidad emocional del colonizado. Le hacen creer que regalo es igual a amor. Entonces el colonizado para demostrar que ama a sus seres queridos, regala. Y lo vemos en los anuncios: “regalale a tu ser querido tal cosa”. La construcción de esta oración tiene una connotación de culpa dentro de ella. Si no le regalas, es porque no lo quieres. Como lo quieres, le tienes que regalar. Y como tienes que regalar para demostrar tu amor, ven a la venta del Viernes Prieto para que consigas más productos a mejores precios. Los anuncios van dirigidos a “x” o “y” publico y en el caso de los colonizados locales van dirigidos a su débil autoestima. El colonizador abusa de nuestra débil autoestima para explotarnos. En esto momentos se está construyendo un nuevo discurso, el Cyber Monday, será interesante ver como lo van trabajando. Ya tenemos “El día del Gordo Colorao”, “El día de Reyes” “El día de la amistad” Todos con la misma racionalidad, sino le regalas a tu pareja en ese día no la quieres. Si no le regalas a tus hijos, eres un mal padre. Y los borregos, colonizados al fin, detrás del colonizador, en este caso representado por las transnacionales.

Autor: José Israel Negrón Cruz      
Escrito el 27 de noviembre de 21014
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Revisado el 24 de diciembre del 2014

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