El sentido de la vida



Dando vueltas por mi planeta,
me encontré con la pregunta,
que si no fuera elemental su respuesta,
jamás la hubiera resuelto.

La pregunta comenzó hace un tiempo atrás,
cuando el miedo y la duda invadían mi natural paz.
Me escondí en las iglesias,
tras la gente y los vicios.

En mi frustración
y mis años de muerto,
 he descubierto,
el secreto que nadie me confesó,
 el sentido de la vida.

Créeme,
no lo descubrí en un culto a tu dios,
ni a tu satán,
no lo encontré en una compra de sexo
ni en un bar.

Es tan sencilla
y natural su respuesta,
que los niños nacen con
ella en los ojitos,
 y la pierden al pasar de los años.

La vida es felicidad,
la tristeza es una pequeña
disminución de felicidad,
el que no es feliz no está vivo,
 y el que no está vivo es un ser insípido,
 que vaga por el planeta,
entre cuerpos palpables con la piel,
pero no con el alma.

El ser humano promedio,
 pasa su vida,
tratando de evitar el dolor,
en vez de vivirla buscando el placer.
Prefiero la muerte ante que sobrevivir
a base de migajas
que te dejan los felices al pasar por tu sendero.

La vida no comienza en una mejora económica,
ni en el cuerpo de una pareja, 
la vida comienza dentro de uno mismo
no hay cabida para quejas.

La vida comienza en el momento que te aceptas como eres,
en el momento en que decides ser tu mismo.

El día que logres eso, comenzarás a sentirte vivo.

Autor: José Israel Negrón Cruz
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Escrito el 6 de marzo del 2000
Revisado el 31 de diciembre del 2014

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