Oye Adán,
que humano eres,
que desobedeces a Dios,
para obedecer a tu naturaleza.
Realmente entiendes lo que es ser una sola
carne,
y antes de que sea tarde
obstaste por permanecer
al lado de tu mujer.
¡Rechazando el Paraíso!
A
sabiendas que cuando Eva no estuviera en él,
dejaría de ser Paraíso.
Oye Adán que gran hombre haz de ser,
que reconoces que el Paraíso no es paraíso
sin la mujer.
Autor: José
Israle Negrón Cruz
Escrito en el 2001
Revisado el 7 de enero del 2015
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