Contrario a lo que popularmente se cree, las peleas de gallos no se
originan en España, aunque sí, son estos conquistadores europeos los que la
traen a Puerto Rico en su modalidad como deporte por medio de los procesos de
conquista de la América Hispana y todavía es la bandera de este País la que
ondea en la muchas galleras de la Isla, como parte del legado heredado, que
permaneció intacto tras la Invasión Norteamericana a la Isla en 1898. Las
peleas de gallos anteceden la era cristiana y es un deporte controversial, por
su naturaleza violenta ha sido ampliamente criticado, censurado en otros
momentos, pero nunca eliminado de las venas de los puertorriqueños. Desde los albores de la literatura puertorriqueña
en las estampas de Manuel Alonso, en El Gíbaro, a mediados del siglo XIX hasta
la critica historiográfica de Astrid Cubano quien categoriza este deporte como
uno machista y ligado a la condición del hombre de buscar comtamente resaltar
su masculinidad. Las peleas de gallos forman parte de nuestras más arraigadas
tradiciones como pueblo.
José Israel Negrón Cruz
6 de diciembre del 2015
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