Algunos escritores recurrimos a la tranquilidad de la noche para echar a volar nuestra imaginación, en el ella se pueden fraguar los poemas más intensos y los cuentos de misterio e intriga que nos dejan perplejos. La noche tiene siempre su encanto, suele ser más serena que el día y en ella se acogen los versos e ilusiones de muchos seres humanos. Yo en particular, prefiero la noche temprana, cuando el crepúsculo recién abandona la tarde y surgen los primeros destellos lunares. Hoy los invito a escribir, a dejar salir esas ideas y emociones que cargamos dentro. Hermosas noche a todos... Los dejo a solas.
José Israel Negrón Cruz
15 de enero del 2016
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