Ahora que te haz ido, 
no sé que pensar, 
no sé si sufrir,  
no sé si llorar,  
no sé si reír, 
no tengo que hacer,  
no tengo a donde ir. 
Quisiera simplemente soñar, 
mirarte a los ojos y decir, 
lo que no dije cuando tuve la oportunidad, 
todas aquellas virtudes de tu personalidad.
¿Quién soy yo para juzgar al destino?
Definirlo como buena gente o cretino, 
hacerle exigencias por no dejarte conmigo, 
quizás, tal vez quizás solo deba agradecerle, 
por todo lo que viví contigo, 
por darme la oportunidad, 
para que me llevarás más allá, 
a la frontera donde termina la realidad,
 en donde se viven los sueños.
¡Quiero irme de aquí! 
Quiero estar junto a ti, 
en el lugar donde estuvimos una vez, 
entre el pecado y el placer. 
Donde la gente, 
no es mas que otro objeto indiferente, 
donde la noche nunca termina, 
y se deja sentir la vida.
Ahora que te haz ido, 
solo quedan recuerdos, 
solo queda lo vivido, 
solo resta aceptar, 
que jamás te volveré a mirar, 
solo resta comprender, 
que el problema esta en uno, 
no en el destino, 
y la mejor cura para el desamor 
es el olvido.
Autor: José Israel
Negrón Cruz      
Escrito el 12 de
octubre de 1999
No hay comentarios.:
Publicar un comentario