¿A dónde
vamos?
No lo sé.
¿Tú lo
sabes?
Acércate,
no te alejes,
Camina despacio,
suave;
Que a donde
sea que vayamos,
no tengo
prisa por llegar,
en este
momento,
prefiero
divagar,
a tu lado,
abrazado,
con tanta
fuerza que te envidie mi soledad,
que te celen mis tristezas.
¡Te
amo!
Aunque tú
no sepas si me amas.
Te amo,
aunque
todavía no sé definir muy bien esa palabra.
El día que
en tu necesidad me llames,
estaré a tu
lado,
recostado
de un pedazo de tu mirada,
en tus ojitos,
luceros…
luceros de
mi noche enamorada,
de mi verso
sincero,
de mi alma tatuada con tu nombre,
que me hace
sentir humano: hombre.
¡No te
alejes y sigue caminando!
Aunque ni
tu ni yo sepamos hacia donde vamos.
¡Quédate!
Mira las
huellas, de nuestras pisadas,
¡Son
hermosas!
¿Sabes?
Intensas
profundas y alocadas,
Bailando una
con la otra
en una ruta
armoniosa.
Escrito el 20
de julio del 2001
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