Todo es culpa de la piel

Todo es culpa de la piel, 
todo es culpa del deseo, 
que en una noche de verano,
se enamoro de tu ser.
Jamás te vuelvas a aparecer, 
que me hace daño volverte a ver,
sinceramente sigues siendo una actriz de excelencia,
y yo sigo en el intento de serlo,
Trato de engañarme: ¡Nunca haz existido!
¿Quién sabe? Quizás mañana pueda creerlo.

Autor: José Israle Negrón Cruz
Escrito en el 2001

Revisado el 7 de enero del 2015

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