Desde
el título el autor nos deja ver su propuesta para el texto; primero la nación,
segundo “la supuesta transparencia de cierto sector independentista” y tercero
la aplicación de estos conceptos a una figura (La dama de Occidente) de una obra inédita de René Marqués.
Comenzar con un trasfondo histórico parece
indispensable, Ríos Ávila nos remonta a los años 50 en el periodo de la fundación
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. En este momento el independentismo
tomó dos vertientes, una radical encarnada en la figura de Don Pedro Albizu
Campos que servía de contrapeso al discurso muñocista y otra tipificada como el
independentismo melón, encarnado en la figura de Don Ricardo Alegría quien con
su Instituto de Cultura dictaba las pautas a seguir en los quehaceres
culturales, casi siempre con el aval del Gobierno. El melonismo servía como herramienta intelectual para afianzar las
fuerzas del Estado Libre Asociado.
“Si
el nacionalismo radical es antagonista, siempre dispuesto a sacar los trapos
sucios al sol, el nacionalismo estatal es conciliador y piensa que todo es
meridianamente armonizable.” p.295-296
Después de establecido el contexto
histórico comienza a fundamentar su argumentación con la “pérdida del aura” de Walter Benjamin.
“En
la obra de René Marqués es la nación la que se haya perdida en el pasado idílico
de la nobleza de la hacienda” p.300
Para
idealizar la hacienda se tiene que demonizar el American Way of Life que es la estrategia que usa René Marqués en
muchas de sus obras teatrales. Que no ofrecen salida o solución al problema que
presenta Puerto Rico sino que simplemente demoniza lo que representa la vida
norteamericana.
La obra medular de análisis lo es Juan Bobo y la Dama de Occidente; un
texto publicado en 1956 que nunca fue representado en escena y que este utiliza
como ancla para hacer su crítica a René Marqués. La obra fue escrita en contra
del rector de la Universidad; Jaime Benítez quien para Marqués utilizaba la
Universidad como un brazo político del muñocismo.
“Marqués
nunca se ocupa de marcar verdaderamente los confictos entre esas “clases
populares” que él de cierta forma inmoviliza al idealizarlas. Reservo este
espacio para el conflicto entre el país como tal y el enemigo del norte”. P.304
El
personaje del Profesor, es una parodia de Jaime Benítez y su inclinación hacia
el occidentalismo.
“Benítez
trae consigo sobre un pedestal a la Dama de Occidente” p.304
Mientras el Profesor representa el
occidentalismo, Juan Bobo representa la puertorriqueñidad inocente que el
profesor intenta cautivar con su demagogia. El Juan Bobo del texto es diferente
al del folclore popular, no es todo, sino simplemente ingenuo. Esto es así de
forma intencional para que sea creíble su ilusión por la Dama de Occidente, una
técnica utilizada por Marqués.
La obra tiene como subtema Pantomima puertorriqueña para un ballet
occidental. En segundo acto el autor del ensayo interpreta cierta
intertextualidad entre la escena y Charlie Chaplin.
“Juan
Bobo recuerda bastante a Charlie Chaplin, una de las figuras centrales de la
pantomima.”
Rubén
Ríos Ávila le da cuerpo al nacionalismo de Marqués que es uno rural,
anti-urbano, receloso del Proyecto Operación Manos a la Obra, donde la ciudad
es una casa tomada por las huestes colonialistas, donde:
“No
hay puentes de contacto entre la burguesía urbana y las clases populares”. P.306
Se
explica el desenlace de la obra que ocurre en la Universidad donde el profesor
sufre un ataque de tics nerviosos ante el ritmo de la bomba, se desenmascara el
velo que tiene la estatuilla de Occidente y Juan Bobo en cierta medida descubre
que el formó parte del occidentalismo siempre disolviendo el contraste puertorriqueñismo-occidentalismo.
“Marqués se burla en la obra, no
ya sólo de la figura de Benítez, sino del saber universitario como tal, en un
gesto bastante típico de cierto arte de vanguardia, y hay que afirmar que hay
algo revelador en este distanciamiento que hace el artista con respecto a las
academias.” P.306
Ríos
plantea que es cuestionable que la Universidad es la culpable absoluta de esta
duplicidad empobrecida y recurre a Lacan para sostener el argumento de que la
modernidad solo valida lo que es potencialmente divulgable. La facilidad con la
que Marqués disminuye la figura de Benítez es sintomática de una fobia a la figura del profesor por una identificación secreta y
se puede apreciar como un doble de Marqués quien terminó siendo profesor
universitario.
“Marqués piensa que lo occidental es
un don, al igual que la nación, un estado en el que se cae, en el que se entra
como parte de la pertenencia de a una tradición”
Se
toma el psicoanálisis de Freud para sustentar que todo acto de identificación
se produce como una inversión y termina con Lacan para aludir a la verdad como
una ficción y a Michael Foucault para definir esta práctica dentro del contexto
literario. Ríos Ávila demuestra que la transparencia ideológica de cierto
sector en Puerto Rico es solo una invención de este.
José Israel Negrón Cruz
25 de febrero del 2016
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