Todos atravesamos por momentos en los que parecemos quedar reducidos a cenizas. Los golpes de la vida parecen aplastarnos con tal fuerza que no existe posibilidad de resurgir. En ese momento en el que pienses que todo está perdido es cuando más debes poner tus fuerzas e instinto de preservación en vigor y dar la batalla. Rendirse nunca es una opción. Y sí cenizas es lo que queda. ¡Desde las cenizas me reconstruiré!
José Israel Negrón Cruz
15 de febrero del 2016
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