En el limbo maestros transitorios



Todos los veranos se repite la misma historia; miles de maestros quedan a merced de una carta o una llamada telefónica que puede llegar en días y horarios poco amigables, con consecuencias abruptas si no responden de manera inmediata. Este  grupo de docentes son los denominados transitorios que viven una angustiosa espera cada año para ocupar una plaza de maestro. Algunos sobrepasan los quince años de experiencia y continúan en la misma situaciónporque su puesto no responde a una categoría de difícil reclutamiento, por error o por razones misteriosas que muchas veces nadie sabe responder. Los nombramientos a los puestos transitorios parecen no tener un calendario lógico, ordenado, sino que por el contrario, son otorgados por una "mano mágica" que muchos maestros conocen, pero pocos entienden como funciona. Lo que provoca que el maestro pase su verano pendiente al cartero y a cada llamada perdida en su celular, sin saber cuándo y dónde será citado. Día a día, según se va acercando el mes de agosto, las ansias crecen y la incertidumbre se va apoderando del diario vivir de estos educadores.

La naturaleza del problema es de carácter  estructural; donde si comparamos a Puerto Rico con otros condados del Departamento de Educación Federal notamos una gran diferencia en la manera en que se dan las convocatorias. La carencia de una discreción de tiempo razonable, provoca esta afección de nervios que puede afectar la salud mental del candidato. Lo sano sería que se dé un tiempo de respuesta razonable a cada convocatoria, como suelen hacer otros condados y compañías privadas que contratan los servicios hasta con un año de anticipación. En el caso particular de Puerto Rico; las llamadas y cartas son de "hoy para mañana". Irse un fin de semana de parador con la familia, podría tener como consecuencia una descualificación para cualquier plaza docente que responda al turno de elegibles en la región educativa que se le citó. Ya que si el maestro no asiste a la convocatoria por estar enfermo o de viaje, en vez de ser nominado para otra plaza más adelante, es eliminado de las listas de los elegibles; una penalidad exagerada y abusiva, tomando en consideración que las cartas suelen ser enviadas con demasiada premura y en ocasiones se ha dado el caso de que llegan tarde o no llegan, provocando que el candidato pierda su turno. Lo mismo ocurre con las llamadas telefónicas, son citaciones de un día para otro. Esto convierte el proceso de nombramientos para agosto en una tortura angustiosa cada año.

El Departamento de Educación debería ser más transparente en los procesos de reclutamiento, ya que se trata de una dependencia gubernamental que está regida por unas normas y leyes que muchas veces no se siguen, lo que crea una mayor desconfianza en los candidatos. Decir cuántas plazas hay disponibles en las distintas categorías y cuantos candidatos pre-cualificados tienen en los turnos de elegibles daría una mayor sensación de transparencia. El tener un calendario organizado de cuándo y dónde toca nombrar para cada categoría con al menos un mes de anticipación vendría de gran ayuda  para que los maestros transitorios puedan organizar actividades de verano y hacer menos angustiosa las vacaciones de estos docentes.

Con respeto y buena voluntad,

José Israel Negrón Cruz
11 de julio del 2016






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