Lo cubano y lo antillano en Espejo de paciencia

Espejo de paciencia es considerado según la crítica como el primer poema cubano. De manera concisa Ecured; un portal cibernético de esta nación, en el artículo 161 49, dedicado a Espejo de paciencia  resume su contenido:

 El asunto, basado en sucesos ocurridos realmente, consiste en el secuestro del obispo Fray Juan de las Cabezas Altamirano por el corsario francés Gilberto Girón, en el poblado de Yara; su rescate por unos vecinos Bayamo; la lucha entablada entre la milicia insular de Gregorio Ramos y los hombres de Girón; la muerte de éste por el negro esclavo Salvador Golomón y la celebración de la victoria con un Motete, cantado en la iglesia de Bayamo.

En Del otro lado del espejo: re-escrituras de Espejo de paciencia en la literatura postrevolucionaria cubana de Luis Pérez-Simón advierte acerca de como la construcción cubano forma siempre parte de la retórica  de la clase dominante de cuba en disntintos periodos históricos. En su análisis expresa que cuando:

Observemos que la economía del poder y de la cultura en Cuba radican en una concepción identitaria llamada ‘cubanía’ –el sentido de saberse cubano –que al ser maleable se ha prestado para desarrollar y medir la validez de las más diversas doctrinas socio-políticas a lo largo de los períodos republicano y el revolucionario.

La concepción de lo cubano para Luis Pérez Simón es un constructo que puede ser manipulado por los intereses que realizan el análisis. Al desmenuzar el poema podemos con facilidad clasificarlo, primero, como uno antillano; por los personajes que aparecen, las condiciones que se suscitan en el texto, las descripciones de la vegetación y las características de los espacios que se repiten en todas las Antillas. Pero, si queremos aumentar la precisión podemos decir que es uno cubano, sin descartar lo antillano, visualizando lo cubano como un circulo menor dentro del concepto antillano. Estableciendo que lo cubano no descarta lo Antillano. Y si no adentramos dentro del círculo cubano, encontraremos otro círculo más pequeño preciso que es lo cubano-español, ya que aunque los componentes del negro e indígena están presentes en cuba y el resto de las Antillas, en la épica, la voz predominante es una españolizada que mira y narra desde una sola perspectiva y no contiene un balance entre los matices culturales que pudiéramos encontrar en Cuba y las Antillas. Aunque para otros críticos como B. Castro Morales en Cultura e insularismo en Espejo de Paciencia expone que el carácter del mismo no es cubano ni antillano sino que es representativo del periodo colonial que carece de una tradición literaria autóctona en toda América Hispánica.

En el  poema apreciamos como desde su inicio la voz establece su intención  y recurre a la tradición épica:

          Canten los unos el terror y espanto
Que causó en Troya el Paladion preñado:
Celebren otros la prisión y el llanto
De Angélica y el Orco enamorado:
Que yo en mis versos solo escribo y canto
La prisión de un Obispo consagrado.

La Iglesia Católica es un elemento tienen en común todas las Antillas españolas y la veneración por sus líderes se reproduce tanto en República Dominicana como en Puerto Rico. Las descripciones de paisajes y alimentos, que pudieran encontrarse muy propiamente en cualquiera de las Antillas. En el canto primero, leemos:

De arroyos y de ríos a gran prisa 
Salen náyades puras, cristalinas, 
Con mucho jaguará, dajao y lisa
De los prados que acercan las aldea. 
Vienen cargadas de mehí y tabaco, 
Mameyes, piñas, tunas y aguacates 
Plátanos y mamones y tomates.

Esta primera mirada pudiera fácilmente ubicarse en cualquiera de las Antillas. Pero según el relato se va tornando más específico en cuanto a la ubicación geográfica y a la particularidad del suceso, podemos ir cerrando el círculo hacia lo cubano, ya que el mismo no se reproduce ni en espacio ni en tiempo en las otras Antillas:

Así como el pastor pisó de Yara 
Las verdes yerbas y esmaltadas flores, 
Alegres ojos y contenta cara 
Mostró de allí adelante á sus dolores. 

Yara nos remite a un espacio en particular de Cuba y el suceso que ocurre en este espacio también es propio de la historia cubana:

Pero la vil canalla, cuando vieron 
Puesto a caballo al príncipe cristiano, 
Un francés á las ancas le subieron 
Porque no se les fuese de las manos 
De esta manera caminando fueron 
Hasta poner el pié en el Oceano, 
Que se embarcaron todos en la orilla 
Que forma en sus arenas Manzanillo.

Desde esta perspectiva, el poema es primero cubano, pero no deja de ser Antillano. Apreciamos como de manera limitada se incluye el indígena y el negro esclavo de las Antillas, incorporándose ambos en el segundo canto, desde una mirada españolizada. La presencia de un negro que es exaltado por su gesta y que pese a su condición de esclavo, merece reconocimiento por su bravura esfuerzo en contra de las fuerzas enemigas:

¡Oh, Salvador criollo, negro honrado!
¡Vuele tu fama, y nunca se consuma;
Que en la alabanza de tan buen soldado
Es bien que no se cansen lengua y pluma!
Y no porque te doy este dictado,
Ningún mordaz entienda ni presuma
Que es afición que tengo en lo que escribo
A un negro esclavo, y sin razón cautivo.

La incorporación del indígena es menos significativa, pero aun así no deja de ser latente en la obra:

Un indio de los nuestros solamente
Murió de una herida penetrante,
Sin que hubiese más daño en nuestra gente
En victoria tan grande e importante.


          La obra puede categorizarse dependiendo desde donde se mire. Para algunos puede ser un ejercicio literario colonial que tiene paralelos en toda la América Hispana. Para otros podría considerarse una obra de carácter antillano. Los que pretenden exaltar la identidad cubana o la cubanía, afirman que es la primera obra autóctona. Espejo de paciencia  puede clasificarse dentro de todos constructos antes esbozados, acorde a los intereses y la perspectiva desde donde se analice. 

José Israel Negrón Cruz

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