Fue tan corto tu amor y tan largo tu olvido

¿Cómo mi gran amor, pudo causar tanto dolor?
No es lo que yo hubiese querido:
“Fue tan corto tu amor y tan largo tu olvido”
¡Que sentimiento tan extraño!
Todo fue alegría y terminó en engaño.

Soy fruto del remordimiento;
en mi corazón,
ese es el sentimiento.

 Ver al que se mantiene robando
y con su vicio se está matando.
 Son llamados ladrones,
algunos lo hacen para leche en los biberones,
para sus hijos,
no justifico la acción pero hacia ellos respeto y compasión.

Ver como aquel mal rato,
 se convirtió en maltrato.
Ahora es cuando más lo añoras;
 en tumba de hijo tuyo
es que amargamente lloras.

Es la hora cero para decirte lo que quiero.
Es para aquel que de mi apariencia vive
y día tras día jodiendo sigue.
 Dices que parezco pato,
 para mí, eres un tecato
que mi vida por tus venas te inyectas
y cuando te explota la nota,
criticarme es lo que proyectas.
Que quede claro que e n mi manda Dios
 y me vence el sueño,
no hay nadie que le pertenezca mi vida:
 ¡idiotas!
Yo soy el dueño.

ME levanto,
leo el periódico,
 observo,
no hay sistema módico,
que ayude a eliminar la guerra.
 Salgo a la calle,
veo a todo el mundo con su perra.
La solución esta en la mano dura,
pero después de los macanazos
se vende igual la cura.
Aquí todos quieren hacerse el más hombre,
sin saber
que son buscados por una bala con su nombre.

El dinero le ha dañado la mente,
la ambición le ensucio el corazón ,
ya no saca un minuto para su gente,
que le dieron valores y educación .
Eres reflejo de orgullo
y comentas que te molestan
los malditos murmullos.
Gritas a los cuatro vientos:
¡soy humana!
Eres comemierda, orgullosa,
por eso tu herida no sana.

Ya para ti no sale el sol,
en tu boca no hay sabor,
 te encuentras tú y tu dolor.
Nunca pensaste ser uno más de esos,
aquellos que son llamados presos.
Ahora el tiempo no corre,
tu ansioso por salir,
y que esta mala experiencia
de tu mente se borre.

Dices que la sociedad te hizo criminal,
nadie te escucha, solo estás tú, con tu agonía infernal.
Pues no hiciste caso a consejos;
ahora te arrepientes
y te sientes como un bohemio pendejo.
Dices –de esta agua no merezco beber,
te contesto
 –el destino actúa contigo según tu actuaste con él.


Autor: José Israel Negrón Cruz      
Escrito el 21 de abril de 1998

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